«He visto a Dios disfrazado de jugador de baloncesto». Una frase que es historia de la NBA. Viajamos hasta 1986 para conocer su origen y disfrutar del partido completo, uno de los grandes partidos de la historia de la NBA.
Segundo partido de la primera ronda de Playoffs en la Conferencia Este de la NBA. Los Chicago Bulls se miden a los Celtics en Boston y un imberbe Michael Jordan protagoniza una de las exhibiciones más espectaculares de la historia de la Liga.
En un escenario rebosante de magia y ante los Celtics de Larry Bird, el #23 de los Bulls se va hasta los 63 puntos (mejor marca histórica en la fase final), convirtiendo su actuación en algo totalmente imposible de detener para Boston. Aun así los Celtics se llevan el partido tras dos prórrogas. Sin embargo, pese a la victoria de los del trébol, toda una megaestrella de la NBA como Bird acabó rendido a los pies de un joven y descarado Michael Jordan.
Al final del encuentro en cuestión, Larry Bird, que jugó 56 minutos aquella noche, pronuncia -refiriéndose a Michael Jordan- unas palabras que pasarán a la historia. «Hoy he visto a Dios disfrazado de jugador de baloncesto».