GIGANTES VINTAGEEstás viendo//Raül López, por Piti Hurtado
Raül López, por Piti Hurtado

Raül López, por Piti Hurtado

INSOLENCIA (BRILLO EN LA MIRADA)

La realidad nos sigue golpeando con directos para aturdir el escaso conocimiento que creíamos tener, hoy el atrevimiento y el descaro se hacen cuarentones. Dicen que Raül López cumple años y que ya no será un adolescente, ya no será un joven de pelo e idea rebelde, ya no será un treinteañero “indie”, porque nosotros lo digamos no lo va a seguir siendo…

La insolencia de voz baja y mirada brillante no puede hacerse respetable en los parámetros sociales. Ya fue suficiente castigo para los aficionados que se retirara. Bendito youtube… Es el cumpleaños de Raül López, pero su talento no cumple décadas. Su genialidad se reveló hasta contra la dictadura de las estadísticas, las cuales nunca dieron una dimensión ni cercana a su importancia en la cancha, a un baloncesto que no miraba marcadores, clasificaciones, ni webs oficiales.

Unos gemelos poderosos, como de otro cuerpo, le impulsaron en el cambio por debajo de las piernas y la ruptura del ritmo, la aceleración acompañada del conocimiento de las distancias a las que estaban los rivales y las velocidades a las que llegaban sus compañeros. Asociado a Juan Carlos Navarro en la idea del convencimiento, si se juntaban en la Selección Catalana de Categorías inferiores o en la Española Junior, no veían a nadie enfrente, solo veían que iban a ganar. Y ganaban. Germen de una cultura.

El día que se retiró dijo:  “Espero llegar bien a la crisis de los 40 y levantarme por la mañana sin que me duela nada como hasta ahora. Aunque ya se sabe que si a partir de los 40 te levantas y no te duele nada es que estás muerto. Veremos.” 

No sabemos como se ha levantado hoy, ni lo sabremos. Aún así, algunas pistas sobre sí mismo nos dio en un escrito de despedida que dejaba momentos espectaculares como el agradecimiento a sus padres “por el simple hecho de ser padres de un personaje como yo.” 

Devota admiración a alguien a quién no conoces pero que es capaz de tomar una mirada cómica sobre sí mismo y quitarse importancia. Pese a haber ganado dinero, títulos y haber sido jugador NBA, en esas últimas voluntades como jugador profesional nos dejó también una idea impagable: “Me voy hablando poco. De hecho para hablar poco hay que escuchar mucho y eso es lo que intento siempre. Tengo mucho más que aprender que dar lecciones de nada a nadie.”

Esto último no ha sido del todo cierto, una voluntad clara de no dar lecciones pero en un ejercicio de pequeña justicia poética, Ricky Rubio le llamó para que le hablara al oído, esas pocas palabras. Y le ayudó a ser mejor jugador en el periodo de su carrera que consiguió el premio de MVP de un Campeonato del Mundo… Quiero pensar en Raül López sentado en ventanilla en un avión que le traía de regreso de Salt Lake a España, con los auriculares en los oídos, tras unas semanas de trabajo dentro y fuera de cancha con Ricky, escuchando a Leiva y Quique González, sin darle excesiva importancia a esas sesiones de trabajo. Ni un vídeo, ni un foto, ni una entrevista vendiendo la moto. Por eso no se gripa.

No hubiera sido el heredero de Stockton, incluso si hubiera jugado muchos años para los Jazz. Hubiera sido él mismo, como lo fue, como supongo que lo estará siendo. Y te reconcilia creer que no ha necesitado de una corbata, de una agenda repleta de reuniones, de una impostada seguridad en sí mismo para plantarse en los 41.

Raül López jugó un baloncesto diferente, tuvo una carrera ya conocida por todos, más contracultural de lo que parecía, más mediática de lo que buscó. Una vida vivida a su forma, rebelde, callada insolencia y capaz de obligar a una grada a encoger la respiración por un momento cuando tenía el balón en carrera, no saber qué va a pasar, pero será bonito.

Puedes comprar el especial de Raül López aquí

Deliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Desliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Cargando el siguiente contenidoEspera un momento por favor :)