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25 años de la Copa de Europa del Real Madrid en Zaragoza. ¿Quién jugaba en aquel equipo?

25 años de la Copa de Europa del Real Madrid en Zaragoza. ¿Quién jugaba en aquel equipo?

El Real Madrid volvió al trono continental después de quince años de sequía, con un equipo diseñado para conseguir ese objetivo

El 13 de abril de 1995, el Real Madrid recuperó el trono continental al proclamarse campeón de Europa. Atrás quedaron 15 años de sequía y los blancos levantaron su octavo trofeo. En la Copa de Europa conseguida en el Príncipe Felipe de Zaragoza el conjunto entrenado por Zeljko Obradovic derrotó  73-61 al Olympiakos en el que estaban jugadores de la altura de Volkov, Sigalas, Tarlac o Fassoulas entre otros. Pero, ¿quién formaba parte de aquella plantilla madridista?

José Lasa, Isma Santos, Javier García Coll, Chechu Biriukov, Joe Arlaukas, José Miguel Antunez, Arvydas Sabonis, Martín Ferrer, Pep Cargol y Antonio Martín. Una plantilla para la historia del Real Madrid.

  • José Lasa (base): Jugadores de la casa y refresco de Antúnez.
  • Isma Santos (escolta): Un perro de presa. La pesadilla de cualquier rival al que tuviera que frenar.
  • Javier García Coll (escolta) – Titular en la final y pieza clave del equipo durante toda la temporada.
  • Chechu Biriukov (escolta) – No jugó la final por una lesión de rodilla. Estuvo 11 temporadas en un Real Madrid plagado de éxitos.
  • Joe Arlauckas (ala-pívot): El americano del equipo. Un anotador a otro nivel.
  • José Miguel Antúnez (base): El director de juego. La cabeza pensante del equipo.
  • Arvydas Sabonis (pívot): Determinante, dominador. Un pívot que marcaba diferencias.
  • Martín Ferrer (ala-pívot): Formado en las categorías inferiores del club, vivió el momento más importante de su carrera.
  • Pep Cargol (alero) – Rápido y versátil. Cerró su etapa en el Real Madrid con este título.
  • Antonio Martín (pívot) – Esta Copa de Europa fue la guinde de su palmarés. Se retiró tras esa temporada.

Un conjunto en el que Sabonis (23 puntos y 7 rebotes) y Arlauckas (16 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias) llevaron la voz cantante en la final, con Antúnez (12 puntos, 4 rebotes y 4 asistencias) poniendo el sabor nacional al título. «Ganamos bien al Limoges en semifinales y nos vengamos de la derrota de dos años antes. Y en la final no tuvimos problemas. Dominamos siempre«, explica Sabas en declaraciones recogidas por el diario Marca. Su compañero Biriukov va todavía un poco más allá. «Fue un choque duro, tenso, de marcador bajo, muy táctico, muy de Obradovic». Sabonis pone la guinda: «Ganar esa Final Four era nuestra obsesión. Toda la temporada estaba planificada en torno a ella».

Sabonis-Arlauckas: un dúo que imponía

«Tenían una calidad excepcional. No había otros dos igual en Europa«. Estas palabras de José Lasa sirven para definir a la perfección a la pareja formada por Sabonis y Arlauckas. El dúo del Real Madrid era único. Lo sabían en su propio equipo y lo sabían los rivales.

Sabonis había llegado al Real Madrid en 1992, después de haber pasado ocho temporada en el Zalgiris y tres más en Valladolid. El pívot lituano aterrizaba en la capital española para dar forma a un espectacular palmarés en nuestro país. Dos ligas, una Copa del Rey, una Copa de Europa, dos galardones de MVP de la liga española y otros dos de MVP de la final. Aquella temporada 1994-95 fue, simple y llanamente, espectacular. Los números de Sabas estuvieron a otro nivel. Mientras que en la competición doméstica firmaba 22.9 puntos, 12.5 rebotes, 2.4 asistencias, 1.6 robos y 2.3 tapones, en el torneo continental ponía su sello a 21.8 puntos, 11.2 rebotes, 2.6 asistencias y 1.8 robos. Mentalidad ganadora, dominio sobre la cancha y control absoluto de la situación partido tras partido. «En el Madrid sólo vale ganar. Se tiene la presión de la historia y la del jugador que ya ha perdido alguna final. Teníamos un punto personal de necesidad de recompensa. Necesitábamos una redención», recuerda el lituano.

Junto a él, el otro extranjero del equipo, aportaba su parte a esta temible sociedad. Joe Arlauckas tras un breve paso por los Sacramento Kings de la NBA, el ala-pívot estadounidense desembarcó en el baloncesto Europeo, en el que hizo carrera. Después de vestir el uniforme del Snaidero Caserta, llegó a nuestro país para marcar diferencias. Jugó en el Caja Ronda y en el Taugrés, antes de enfundarse la camiseta del Real Madrid en 1993 y permanecer allí cinco temporadas. En el conjunto blanco no paró de ganar. Campeón y MVP de la Copa del Rey, campeón de Liga, campeón de Europa y campeón de la Copa Saporta. Además, sus 63 puntos ante la Kinder de Bolonia en la temporada 1995-96 de la Euroliga sirvieron para escribir su nombre en la historia de la competición como el máximo anotador en un partido en la era moderna del torneo continental.

La pizarra y la mentalidad de Zeljko Obradovic

La presencia de Zeljko Obradovic en el banquillo del Real Madrid fue una de las claves de este éxito blanco. El serbio firmó por el equipo blanco con una misión principal, que no era otra que la de devolver al equipo al trono continental. Lo consiguió en su primera temporada al mando. «Es un entrenador como la copa de un pino, duro, pero divertido, con mano izquierda, yugoslavo para lo bueno y lo malo», comenta Biriukov. Actualmente cuenta con nueve títulos en la Euroliga y dos galardones de Entrenador Europeo del Año (uno de ellos perteneciente a aquel año 1995).

El técnico supo manejar a la perfección una plantilla con los papeles muy definidos y todos en un mismo barco y remando en un mismo sentido. Su forma de trabajar y preparar los partidos le colocaban a otro nivel. Bajo su tutela, sus jugadores no temían a ningún rival y la confianza se convertía en un factor determinante. «Con él siempre tenías la sensación de que llegabas preparado, con todo bajo control y con los deberes hechos. Fue lo que nos pasó entonces: no íbamos de sobrados sino con confianza. Y luego tomaba decisiones que cambiaban el rumbo del partido en un minuto. Era muy intuitivo. Alabar a Zeljko es redundante», explica Lasa en el mismo reportaje de Marca.

Esta fue la portada de Gigantes de la octava Copa de Europa del Real Madrid:

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