Póngase a pensar por unos instantes. Somos campeones del Mundo. En baloncesto, en nuestro deporte. Hemos ganado un Mundial. Otra vez. Es algo que vivimos en Saitama, en Japón, y que veíamos tan lejano que ni nos atrevíamos a soñar con ello. Pero ha vuelto a pasar. Somos campeones del Mundo. Es un gustazo escribir esa frase e imagino que también lo es leerla. Pero es de verdad y ahora tenemos un doble reto por delante: disfrutarlo y digerirlo.
Tenemos un equipo que ha conseguido trascender. Trascender al aficionado habitual, captar la atención de todo el país y hacer que el baloncesto llegue a las calles. Que el baloncesto se haya colado en la vida de mucha gente que habitualmente lo vive con más distancia. Son auténticos Gigantes de este deporte. Un equipo que ha sido más que una selección. Ha sido un equipo, con todo lo que eso implica. Valores como el trabajo en equipo, la superación, el trabajo, el esfuerzo y el compromiso han estado en este equipo desde el primer día y, por suerte, han estado delante de los ojos de millones de personas.
Ahora mismo somos vigentes campeones del mundo en categoría masculina y vigentes campeones de Europa después del último Eurobasket femenino. Un hito histórico que debemos aprovechar. Aprovechar el tirón, intentar que el basket llegue a los más pequeños y allí eche raíces. Piensen que muchos aficionados jóvenes tienen un recuerdo borroso de 2006. Han pasado 13 años y ahora hemos ganado otro Mundial. Un Mundial con twitter, Instagram y en HD que una generación menor que la que disfrutó de Saitama ha podido vivir y disfrutar hoy.
Éxitos como este provocan impulsos en el deporte y en un país. Ahora llegará la segunda parte, el segundo desafío. Digerirlo e intentar aprovechar ese impulso, ese enorme foco de atención que ha supuesto este Mundial. No es extrapolable al día a día, pero sí es un campo de cultivo interesante para que esos aficionados se acerquen de nuevo al baloncesto, los niños y niñas lo practiquen o se acerquen a ver o jugar al baloncesto en sus pueblos, en sus pabellones y en sus barrios. Que este equipo y este éxito trascienda y llegue a la formación, a la cantera y a lo que tiene que ser el futuro del baloncesto. Más recursos, mejores condiciones, más licencias y más baloncesto. Masculino y femenino. Porque somos campeones del Mundo. Díganlo. Piénselo cuando se acuesten esta noche porque lo que hemos vivido ha sido real, ha pasado. Y es para todos nosotros. Auténticos Gigantes.
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