Se llama Max Hooper, juega en la Universidad de Oakland y saltaba a los medios por su curiosa estadística: sólo tira triples.
Lleva 102 de 229 lanzamientos desde la línea, un 44,5 %, mientras que ni siquiera ha intentado tiro alguno de dos puntos.
Su último partido ha sido ante Detroit-Mercy (victoria por 108 a 97) y este alero de 1,98 metros ha seguido con la racha 12 puntos con un 4/8 en triples.
Pero el partido para Max no ha sido uno más. En la en la grada estaba un espectador de lujo: su padre. Chip Hooper, que así se llama, lleva luchando contra un tumor neuroendocrino cuatro años.
El pasado octubre sufría un derrame cerebral y Max contaba a la CBS que no sabía si su padre iba a poder ir a verle un partido pero “si le conocieras probablemente sabrías que estará aquí de una manera u otra”.
Chip ha hecho feliz a su hijo presenciando el choque postrado en una cama y su hijo le ha devuelto el gesto subiendo a abrazarle una vez terminado el partido. Emocionante.