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En busca del ‘hype’ perdido

En busca del ‘hype’ perdido

Durante sus años de high school fue el centro de atención de gran cantidad de medios en USA y en medio mundo, pero la cosa se enfrió. Ahora, en la NCAA, Lance Stephenson vuelve a reclamar su trono.
[Por Antonio Gil
Foto: Getty Images]

Portada de la revista Bounce Magazine con 16 años recién cumplidos, haciéndose eco de su espectacular actuación ante varios jugadores NBA en una liga de verano de New York y con el titular de «Estoy preparado para jugar en la NBA ya mismo». Portada de Dime Magazine con 17 años, convirtiéndose en el jugador más joven en llevarse la primera página de esta publicación. Portada, junto a John Wall, de Slam Magazine con 18 años, siendo considerados los dos jugadores que dominarán la NCAA en la temporada 2009-2010 cuando aún no habían terminado su último curso de instituto. Uno de los protagonistas del documental Gunnin’ For That #1 Spot y protagonista absoluto de un seudoreallity sobre su vida y entorno durante su tercer año de high school. Campeón de la liga de institutos públicos de New York (PSAL) cuatro años seguidos con el prestigioso Lincoln High School y máximo anotador de la historia del estado de New York. Y así podríamos seguir engordando un currículo que serviría para hacer justicia a toda la repercusión mediática que ha tenido Lance Stephenson durante sus años previos a su ingreso en la universidad y participación en la NCAA. Sin embargo, el ‘hype’, –‘efecto mediático’–, (el mismo dichoso ‘hype’ que puso a Ricky Rubio en entredicho en Estados Unidos tras las declaraciones de Brandon Jennings previas al draft) desapareció de repente.

Su indecisión a la hora de elegir Cincinnati y descartar otros programas baloncestísticos de primer nivel como Georgetown, Indiana, Kansas, North Carolina o Memphis, así como los de las universidades cercanas a su New York natal Seton Hall y St. John’s, hizo que la prensa se empezase a cansar un poco de tanta espera y comenzase a hacerse eco de cierta inmadurez personal (que no deportiva) de un chico que mareó la perdiz en exceso. Mientras que otros sonoros ‘recruits’ iban haciendo públicos sus compromisos con diferentes universidades, Lance Stephenson no paraba de aplazar su decisión y al mismo tiempo intentaba salir airoso de una denuncia por abusos sexuales a una compañera de instituto. El interés sobre el acertadamente apodado ‘Born Ready’ se iba enfriando, a pesar de una condiciones físicas para la práctica de baloncesto espectaculares y una calidad sobresaliente.

Tiempo de recuperar el trono
Sin embargo, esta pérdida de interés que han materializado los medios en los últimos meses sobre él es una de las mejores cosas que le podían haber pasado al chico. De haber ido a Seton Hall o St. John’s hubiera estado sometido a una presión totalmente innecesaria y, a la larga, negativa. El chaval habría tenido que cargar con la larguísima sombra de su padre que en ocasiones ha ejercido más como una mala influencia que como un soporte (como en muchos otros casos de precoces estrellas del deporte norteamericano y mundial), además de que Lance hubiera acabado jugando más para las cámaras, la grada y la horda de amiguetes allí presentes.

En Cincinnati, Stephenson encontrará un equipo para nada puntero pero en el que poder destacar fácilmente. Sus números hablarán por sí mismos y su repercusión sobre un equipo tirando a flojo será la verdadera tarjeta de presentación del chico ante el draft de 2010, si es que finalmente decide presentarse a él, porque con este muchacho nunca se sabe.

De momento lo que tiene por delante es demostrar que todos aquellos que pasaron de él a la hora de hacer los últimos rankings sobre jugadores de instituto y le colocaron por detrás de Xavier Henry, John Wall o Demarcus Cousins estaban cometiendo un error. ‘Born Ready’ ha vuelto en busca de su cetro de mejor jugador de su edad de todo el país y su nombre será uno de los obligados a seguir esta temporada. La NCAA es su prueba de fuego, donde se verá si de verdad es el nuevo ‘Chosen One’ u otro gran ‘quiero-y-no-puedo’ del baloncesto adolescente norteamericano. Hagan sus apuestas.

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