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¿Cómo nació el baloncesto? Profundizamos en el primer lugar del que se tiene constancia

¿Cómo nació el baloncesto? Profundizamos en el primer lugar del que se tiene constancia

Como bien sabréis todos los aficionados al mundo de la canasta, James Naismith fue un profesor que pasó a la historia por inventar el baloncesto. Pero la historia que hay detrás de esos años finales del siglo XIX en el que se concibió este deporte es mucho más amplia. Y bien merece la pena conocerla con un foco principal: Springfield College.

Nos trasladamos hasta 1891, concretamente a Massachusetts. El canadiense James Naismith tenía un encargo: diseñar un deporte que los alumnos pudieran hacer bajo techo, ya que el fútbol y el lacrosse, que se jugaban en verano, eran complicados de disputarse en fechas invernales por las bajas temperaturas. Recordando sus inicios en su Canadá natal, este profesor de Educación Física llegó a la conclusión de que podía elaborar un juego similar al duck on the rock (los jugadores lanzaban pelotas para derribar algo más alto) y pidió cestas.

Springfield College, donde todo nació

Poco a poco nació en el Young Men’s Christian Association Training School, conocido actualmente como Springfield College, el baloncesto. Las primeras reglas oficiales se publicaron el 15 de enero de 1892 en el periódico de dicha escuela (llamado El triángulo), y fueron las siguientes.

1. El balón puede lanzarse en cualquier dirección, con una o dos manos.
2. El balón se puede golpear en cualquier dirección con una o dos manos, pero no con el puño.
3. Un jugador no puede correr con la pelota. Debe lanzarla desde el lugar en que la haya cogido, a no ser que la haya capturando corriendo, en cuyo caso tendrá que detenerse.
4. El balón hay que cogerlo con las manos. No se puede utilizar los brazos ni el cuerpo.
5. No está permitido golpear con el hombro, agarrar, empujar o golpear a un adversario. La primera infracción supondrá una falta, la segunda supondrá la descalificación del jugador hasta que se consiga una canasta o, si es evidente la intención de hacer daño, la expulsión para todo el partido sin poder ser sustituido.
6. Una falta es golpear la pelota con el puño, violación de las reglas 3 y 4 y como se describe en la regla 5.
7. Si uno de los equipos comete tres faltas seguidas se concederá una canasta al contrario. (Seguidas significa que el contrario no cometa ninguna en ese lapso).
8. Se considerará canasta cuando la pelota sea enviada a la cesta desde el terreno y se quede dentro, sin que los defensores puedan tocarla. Si la pelota queda en el borde y el rival mueve la cesta, contará como canasta.
9. Cuando la pelota salga fuera, la pondrá en juego el equipo que la coja antes. En caso de duda, el segundo árbitro la lanzará al terreno. Hay 5 segundos para ponerla en juego; si se tarda más la pelota será para el equipo contrario. Si un equipo reincide en retrasar el juego, el árbitro podrá pitarle una falta.
10. El segundo árbitro controlará a los jugadores, anotará las faltas, avisará al árbitro cuando un equipo cometa tres seguidas y tendrá la potestad de expulsar a los jugadores según la regla 5.
11. El árbitro controlará el balón y decidirá cuándo está en juego y en poder de quién y controlará el tiempo. Decidirá cuándo se ha conseguido una canasta, contará las canastas y tendrá la labor habitual de un árbitro.
12. El tiempo será de dos partes de 15 minutos, con 5 minutos de descanso entre ellas.
13. El equipo que haya conseguido más canastas en ese tiempo será declarado vencedor. En caso de empate podrá continuar el partido, previo acuerdo de los capitanes, hasta que se consiga otra canasta.

¿Cuando se jugó por primera vez?

Y de ahí al primer partido del que se tiene oficialmente confirmación de su disputa. No fue en Estados Unidos. Hubo que esperar hasta el 27 de diciembre de 1893, en la sede de la YMCA de París (la Unión Cristiana de Jóvenes parisinos), para ver el primer partido con reglas del mundo de la canasta.

Una cancha diseñada con el estilo de la del Springfield College, que se había quemado anteriormente en un incendio, y totalmente histórica. De hecho, sigue en pie, y se puede jugar en ella por un módico precio de 200 euros al día. La pista que James Naismith diseñó… y en la que nació nuestro tan amado deporte.

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