Estados Unidos quería redimirse después del susto ante Turquía y salió como un ciclón ante Japón, ganado por 98-45. Los chicos de Gregg Popovich impusieron un ritmo endiablado a su último partido de la primera fase de grupos de la Copa del Mundo. Los norteamericanos empezaron con un parcial de 13-0, con los japoneses inaugurando su casillero anotador a falta de 5:20 para el final del primer cuarto, desde la línea de tiros libres. Su primera canasta en juego no llegó hasta que restaban 4:16 para que acabase el periodo inicial del encuentro, aunque por entonces el electrónico indicaba ya un desbastador 18-4. Al descanso mostraba ya un 23-9 que se hacía muy cuesta arriba para los asiáticos.
Dicho sin rodeos, Japón pagó los platos rotos por Turquía. Estados Unidos, sin Jayson Tatum, aprovechó el partido para dar un golpe sobre la mesa, y además contó con la posibilidad de practicar los ataques contra zona y gustarse al mismo tiempo. El marcador de 56-23 al descanso hablaba por sí mismo, como también lo hacía el 10/23 en triples de los de las barras y estrellas.
😱😱😱@fchwpo makes the fans go crazy here in Shanghai! 💥@usabasketball 🇺🇸#USAGotGame #FIBAWC #USAJPN
🎥 https://t.co/U6RPjx3FuZ pic.twitter.com/0ONIAzUmzn
— Basketball World Cup (@FIBAWC) September 5, 2019
La segunda mitad fue un auténtico paseo para los de Gregg Popovich. Los jugadores de Estados Unidos se lucieron y divirtieron sin bajar en exceso la intensidad y antes del inicio del cuarto periodo contaban ya con una ventaja de XX puntos. Los diez minutos finales fueron un auténtico suplicio para Japón.
En lo referente a los mejores jugadores del partido, destacó la actuación de Jaylen Brown (20 puntos y 7 rebotes), así como la aportación de Kemba Walker (15 puntos y 8 asistencias) y Harrison Barnes (14 puntos y 8 rebotes).