Nueve puntos en la prórroga para entrar en la historia del derbi de Bolonia. Michael Umeh fue el héroe de la edición 104 del derbi de Bolonia, la primera después de casi ocho años de ayuno. La Virtus derrotó a la Fortitudo 87-86 después de 45 minutos de batalla, y el +1 de la Virtus fue el mismo resultado del precedente choque, en 2009, cuando el buzzer beater de Dusan Vukcevic fue un empujón para el descenso de la Fortitudo. La historia del derbi de Basket City se va repetir, a pesar de que las estrellas y también la categoría son diferentes, porque por primera vez “V negra” y “Aguila” se enfrentaron en A2, después del descenso de la Virtus el pasado mayo y después de la difícil situación económica que llevó a la Fortitudo hasta la quiebra.
9.000 aficionados en las gradas para 300.000 euros de recaudación son el récord por la historia de la segunda categoría italiana, pero no es una sorpresa: con sus 4.800 abonado, la Fortitudo es el conjunto que tiene más en nuestro baloncesto, y la Virtus siempre ha tenido 4.000 personas en el pabellón también en A2. 9.000 personas que hasta hace pocos años veían a Danilovic y Ginobili, a Myers y Basile, pero el hambre de enfrentarse a los “primos” de la ciudad del baloncesto – la única gran ciudad donde el futbol no es el rey – era tan grande que las entradas por Casalecchio fueron sold-out en pocos minutos. La atmósfera fue una bomba emocional, la esencia pura del derbi: ruido, coros, bromas y también tensión y exceso negativo, con algunos aficionados que casi llegaron a batirse y con la necesaria intervención de la policía.
En una atmósfera contundente, también el nivel de juego en la cancha fue mucho mejor que un normal partido de A2: los conjuntos tenían la capacidad de respetar a la ilusión de un partido tan lleno de historia. Hoy parece sencillo pensar que ese choque es simplemente el primer de muchos derbis de la temporada, porque Virtus y Fortitudo tienen opciones para luchar por el único billete por la Serie A: la Virtus es el líder del Girone Est de la A2, Fortitudo es 5°. Con 29 puntos Umeh lideró la recuperación desde el -6 después de 38 minutos (70-76 tras triple del ex internacional Stefano Mancinelli) y fue el héroe de la Virtus, que también tuvo 20 de Marco Spissu, 21 años, base cedido por el Sassari. Pero los jóvenes son el alma de la Fortitudo, con 37 puntos de sus dos joyas crecidas en los juveniles, las escoltas Matteo Montano (24 años y 24 puntos) y Leonardo Candi (19 años y 13 puntos), pero también el base Michele Ruzzier (23 años y 19 puntos) jugó como una estrella, tanto que su entrenador Matteo Boniciolli admitía con orgullo que “Ruzzier no es simplemente mi jugador, es también mi nieto. Por eso, después los primeros minutos, le he ordenado jugar sin máscara protectora, y de jugar como un hombre. Es lo que ha hecho”.
Boniciolli conoce el derbi como nadie. Entrenó a la Fortitudo de Gregor Fucka, Gianluca Basile y Zoran Savic entre 2001 y 2002, y fue cortado después de un derbi ganado (!). En el 2008-09 dirigió a la Virtus de Earl Boykins y Keith Langford, ganando la Eurochallenge y marcando dos triunfos en el derbi. El volvió a la Fortitudo en el 2015, con el equipo en la B. Para Boniciolli, que fue también entrenador del equipo nacional del Kazakhstan, volver en A2 y jugar el derbi no es bastante: “Volver a Serie A y en Europa son nuestras metas”. Su historia en el derbi siempre vuelve. Después la derrota por un punto, Boniciolli ha repetido lo que Ettore Messina había dicho en 2001, cuando perdió por un punto frente al mismo Boniciolli: “No es una derrota, es un empate”. Pero el entrenador de la Fortitudo también dice que “no hemos ganado, pero estoy orgulloso porque nuestro baloncesto ofreció un excelente show a toda Europa. Y después de un partido como esto, si fichamos al mejor americano posible (Alex Legion, escolta de Reggio Calabria) vamos a ganar los próximos 15 partidos”.
Un mensaje motivacional. Como el que Alessandro Ramagli, entrenador de la Virtus, tenía para sus jugadores: “Les dije que en partidos como estos, debes ser listo a enfrentarte a la tormenta sin miedo. En días así, llegas al pabellón como una persona y dejas el pabellón como una persona distinta, mas consciente de tu valor”. Ramagli estuvo a la izquierda de Boniciolli el día antes del partido en una peculiar rueda de prensa conjuntas de los entrenadores. Como la ceremonia del peso antes de un Mundial de boxeo, pero aquí los entrenadores son amigos. Cada viernes, Ramagli y Boniciolli comen juntos, la “Tortellino Night”, que fue suspendida en el viernes del derbi. “La proxima vez, voy a pagar la cuenta, porque he perdido el choque”, ha dicho Boniciolli. Pero no faltaran las chances por la revancha. El derbi sólo acaba de empezar…
Foto: Iguana Press/Virtus Pallacanestro
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