St. John’s Edge es una de las nuevas franquicia de la Liga de Canadá. Y para su desembarco en la competición, la NBL, han incorporado a un fichaje de campanillas como Carl English, que ha empezado con muy buen pie la temporada.
A sus 36 años, English vuelve a casa, a Patrick’s Cove: «Jugar aquí, donde empezó todo para mí, va a ser emocionante no sólo para mí, sino para nuestros fans». En la decisión del ex de Granca, Baskonia, Joventut, Sevilla, Estudiantes y Canarias ha pesado el factor familiar: en la presentación posaban junto a él dos de sus tres hijos, Ryder, de nueve años, y Kirsten, de siete. Pero no sólo ellos, también Kevin, uno de sus cuatro hermanos, que está luchando con un problema de salud: necesita un trasplante de riñón y tiene que recibir tratamientos de diálisis cada dos días.
«Era un momento en el que tenía que estar en casa. Eso realmente jugó un papel importante en mi decisión de quedarme en casa. A lo que se está enfrentando, obviamente, no es fácil de pasar, pero sé que ayuda cuando tienes gente a tu alrededor. Así que es algo que tenemos que pasar como familia”, asegura English en declaraciones recogidas por The Telegram.
Carl es uno de los potenciales donantes para su hermano: “Me han hecho pruebas. A otro hermano también y en realidad él es más compatible, pero pase lo que pase, sólo quería que supiera que quería estar aquí para él, porque siempre ha estado ahí para ayudarme en todo el camino”.
En el estreno todo ha salido redondo: triunfo ante The Island Storm con un triple ganador de English que ponía el definitivo 97 a 96. En el segundo, derrota ante los Hurricanes (121-124) pero 36 puntos de Carl. Seguro que Kevin está orgulloso de su hermano y consiguen ganar el otro partido, el que se fuera juega de la cancha.
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