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Análisis: Canadá necesita recuperar a Jamal Murray para luchar por las medallas

Análisis: Canadá necesita recuperar a Jamal Murray para luchar por las medallas

Canadá debutó con victoria en los JJOO, pero Jamal Murray, la gran incorporación al equipo, no tuvo su mejor noche. Y le necesitan.

Un mate de RJ Barrett a escasos segundos del final del partido certificaba el triunfo de Canadá sobre Grecia. Lo hacía sufriendo más de lo previsto, con un Giannis Antetokounmpo dominante y viendo como tres de los titulares de Jordi Fernández, por faltas personales, acababan el partido en el banquillo. Lo hacía de la mano de Barrett y de un Shai Gilgeous-Alexander, estrella del equipo canadiense, que ha logrado el primer triunfo para el equipo olímpico desde septiembre de 2000, todavía con Nash como titular. Pero de la victoria, del debut, de la imagen de Canadá queda una duda a solucionar: ¿qué pasa con Jamal Murray? O mejor dicho, ¿cómo se puede solucionar lo que le sucede a Jamal Murray y recuperarlo para la lucha por las medallas?

El jugador de los Nuggets es, junto a Andrew Nembhard, la gran incorporación de Canadá para estos Juegos con relación al bronce logrado el pasado año en Manila. Un base capaz de encandilar con el balón, al que nunca le quema la pelota y que como más difícil el tiro, más seguro se siente de su capacidad para conseguirlo. La pareja perfecta para Nikola Jokic, campeón en 2023 y verdugo de Los Angeles Lakers este año con dos tiros para ganar en primera ronda. Se perdió el Mundial tras una temporada muy larga con Denver y problemas físicos que arrastró durante el verano, pero acudió al training camp de Jordi Fernández y reafirmó su condición de comprometido a la causa. Porque los Juegos Olímpicos no se los iba a perder, costara lo que costara.

El debut, por desgracia, no ha sido el soñado. Ni para Jamal ni para Jordi, porque el baloncesto es más complejo que la matemática. Tener un equipo de bronce mundial y añadir un jugador de nivel All Star no significa automáticamente mejorar, dar un paso hacia adelante. Primero necesitan encontrar un rol donde Murray brille, uno diferente al que cumple en Denver. Porque Canadá no tiene un Nikola Jokic que inicie la ofensiva y con el que jugar el mejor dos por dos de la NBA, ni mucho menos; al contrario, el juego interior americano es más bien pobre contra los Jokic, Giannis, Wembanyanma y Gobert y ante la todopoderosa Estados Unidos. Kelly Olynyk es lo más parecido al tres veces MVP. En Canadá el poder ofensivo está en la posición de base, en Shai y Murray tiene que aprender a vivir con ello.

Gilgeous-Alexander fue, en los pasados playoffs, el jugador que más aclarados probó por noche (10.2) y tercero en temporada regular con 461, solo tras Doncic y Tatum. Al otro lado del espectro, Nikola Jokic fue el jugador que más pases (74.9, 32.7 más que Shai) dio por partido, rozando las 15 asistencias potenciales. Son el día y la noche, dos versiones antagónicas capaces de pelear por el MVP y con las que va a convivir en un mismo año Murray. Y su primera vez fue, como casi todas las primeras veces, algo desastrosa. Ante Estados Unidos Murray acabó con cinco puntos en ocho tiros y algo perdido en ataque, sin tanta responsabilidad y sin saber qué hacer una vez le llegaba su turno. Porque NBA y FIBA son, en ocasiones, deportes diferentes.

No es la primera experiencia de Murray en el baloncesto FIBA pero casi. Formó parte del equipo sub-16 en el FIBA Americas en 2013, cayendo con Argentina en semifinales, y en el mundial sub-17 un año más tarde, eliminados en cuartos por Stefan Peno y la selección de Serbia. Con la absoluta su debut y única competición llegó en los Panamericanos de 2015, celebrados en Toronto. Metió dos triples en la prórroga de las semifinales, ante Estados Unidos, para darle el triunfo a Canadá que se acabó llevando la plata en un equipo que tenía a nombres como Dillon Brooks o Melvin Ejim, presentes en París. Vale la pena ver su último cuarto, en el vídeo adjunto. No ha vuelto a vestir la equipación nacional hasta este verano, cuando algunos de sus compañeros llevan años juntos.

Canadá necesita a Murray

El año pasado, en Filipinas, Jordi Fernández encontró su identidad con el equipo canadiense. En ataque, balones a Shai, mover rápido la pelota y mucho juego sin balón para liberar a especialistas, con permisos para Barrett para jugársela en momentos elegidos. Pero la verdadera personalidad de este equipo es defensiva, en una selección con Brooks, Lu Dort, Nickeil Alexander-Walker y otros tantos nombres que brillan en campo propio. Ninguna de las características de esta Canadá se adhiere al perfil que es Murray, que necesita el balón para marcar la diferencia y no es un grandísimo defensor individual. Por eso ha sido difícil saber exactamente qué se necesita de él si todavía no se sabe a ciencia cierta qué puede aportar a este equipo, cómo puede sacar su mejor versión.

No ha ayudado su fase de preparación. Tras la derrota ante Estados Unidos, la única, Jamal volvió a Denver por un tema personal con permiso de la federación, pero volvió a tiempo para los dos últimos duelos. Ante Francia no se vistió de corto y contra Puerto Rico jugó apenas ocho minutos desde el banquillo levantando alguna preocupación alrededor del equipo por una posible lesión. Desde el equipo han argumentado la preparación física y la aclimatación al baloncesto FIBA, aunque por momentos se ven situaciones de desinterés. Que no haya firmado una extensión con los Nuggets cuando algunos periodistas lo habían prácticamente confirmado puede ser un factor mental importante, un peaje. Pero no todo son malas noticias.

Hay un hueco importante que sí puede suplir. El año pasado los dos bases suplentes, tras SGA, fueron Phil Scrubb y Trae Bell-Haynes, dos perfiles que se combinaron para 75 minutos en todo el torneo (por 257 de Shai). El banquillo tenía a Dort, Alexander-Walker y era capaz de cerrar el aro, pero no de generar, por lo que Jordi Fernández no podía permitirse el lujo de sentar a Gilgeous-Alexander por la ausencia de un segundo generador. Para este año ha conseguido dos: Andrew Nembhard y Murray, por lo que ha movido a Dort al quinteto titular y les ha dado las llaves del banquillo, la capacidad de generar sin la presión de tener que usar 33 minutos a su estrella (ha jugado 30:23 en el debut). Pero su debut, el de Murray, ha sido un cero a la izquierda.

Ocho puntos en seis tiros, con un 4/4 desde la línea de personal y 0/3 en el triple, y tantas pérdidas de balón como asistencias, tres. Con Murray en pista Canadá ha tenido un -21, opuesto al +24 y +26 con los aleros titulares, Brooks y Dort respectivamente. Ha sido el debut, el primer partido en unos Juegos Olímpicos y su primera experiencia oficial en FIBA en nueve veranos, pero ha sido duro. Sobre todo para la delegación canadiense que ilusionada tras el bronce de 2023 y la adición de un jugador del nivel de Jamal Murray, sueña con ganar la primera medalla desde 1936, una final que se jugó bajo la lluvia de Berlín. Y solo en el duelo ante Australia ya necesitarán una mejor versión del base de los Nuggets, porque sea como sea, tienen que recuperarlo para la causa.

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