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Análisis: El nuevo contexto. ¿Por qué a los equipos grandes les cuesta más retener a sus jóvenes talentos?

Análisis: El nuevo contexto. ¿Por qué a los equipos grandes les cuesta más retener a sus jóvenes talentos?

En los últimos meses hemos visto como, de forma acelerada y en crecimiento, algunos jugadores de las principales canteras españolas (y europeas) han decidido dejar su proceso de formación en grandes clubes para dar el salto a nuevos destino. Un fenomento nuevo con el que los clubes deben convivir y que provoca situaciones paradójicas, a veces complicadas de explicar y de entender.

Las más sonadas han sido las del Real Madrid, que ha perdido en dos veranos a los MVP del Europeo sub 20, sub 18 y del Mundial sub 17, Juan Núñez e Izan Almansa, de forma consecutiva y tras cambiar de agencia de representación. Pero no son los únicos. Alexandre Sarr, Henri Veesaar, entre otros, también han dejado la cantera blanca en los dos últimos veranos. Y lo mismo en otros clubes europeos: Jean Montero, Sidy Cissoko… Incluso el gran unicornio, Victor Wembanyama, decidió dar un volantazo a su carrera para dejar ASVEL y fichar por el Metropolitans francés, en un movimiento que también sorprendió a muchos, pero que ahora, tras sus dos exhibiciones en Francia, cobra todavía más sentido.

Analizamos algunos de los motivos y de los nuevos destinos y propuestas contra las que ‘luchan’ ahora los grandes clubes europeos.

Nuevas propuestas: Overtime, Ignite, Australia…

Hablamos de algo nuevo. Una nueva realidad. Hace unos años, y en España no ha habido demasiados casos, la NCAA era prácticamente la única ‘amenaza’ real para los clubes en el caso de jóvenes talentos internacionales. Como mucho cabía la posibilidad de que otro club se llevara a ese jugador de origen. Pero ahora todo ha cambiado.

Por un lado surgió Overtime Elite, un concepto de desarrollo remunerado de jóvenes talentos que ha captado a jugadores del baloncesto español como Izan Almansa, Jean Montero o Alexandre Sarr. Con mucha inversión detrás (Pau Gasol, Jeff Bezos, Drake…) se define como una liga profesional para jugadores de 17 a 20 años que se localiza en Atlanta, en Estados Unidos.

Otro de los nuevos proyectos es Ignite, el equipo de promesas y jóvenes talentos de la G-League donde este año ha aterrizado Sidy Cissoko, procedente de la cantera de Baskonia. Otro ecosistema que remunera a los talentos emergentes y que directamente compite con la NCAA, ya que les ofrece el año de High School necesario para dar el salto y poderse presentar al draft de la NBA.

Y uno de los focos que también aparecen en el horizonte como posibilidad para muchos jóvenes es Australia, una liga emergente que ha servido de destino para jóvenes talentos como LaMelo Ball y que se ha convertido en una opción sugerente para jugadores internacionales.

Alta competitividad europea. ¿Falta de alternativas/minutos?

¿Por qué se llega a estas posibilidades? En muchos casos, estos jóvenes talentos las exploran porque consideran que en sus clubes de origen o formación no van a tener oportunidades suficientes para desarrollar su talento. El altísimo nivel competitivo del baloncesto europeo, y en el caso de la Liga Endesa, como liga más potente del continente, complica el salto de los jóvenes talentos desde las categorías inferiores.

Un ecosistema complejo, con muchísima exigencia de resultados y rendimiento, en el que cuesta encontrar hueco para los jóvenes. Y un calendario atestado, que provoca que algunos como Victor Wembanyama directamente renuncien a su equipo Euroliga y prefieran jugar solo la liga francesa u otros como Juan Núñez busquen continuar su carrera en sitios con prestigio a la hora de desarrollar talentos jóvenes como ratiopharm Ulm. En este contexto, algunos equipos de ligas como la francesa o la alemana se convierten en refugios para algunos talentos emergentes.

El caso de Wembanyama es paradójico. Renuncia a jugar la Euroliga, incluso la Eurocup, para centrarse en un proyecto casi individual, con el Metropolitans. Ahí solo va a jugar la liga francesa, pero eso le ha permitido jugar estas dos exhibiciones en Estados Unidos que han consolidado su más que probable número 1 del draft. Ahora hay voces que incluso le aconsejan dejar de jugar toda la temporada. En cualquier caso, parece que seguirá centrado en su trabajo individual, con un solo partido a la semana, menos viajes y más tiempo para desarrollar sus propios recursos.

El aspecto económico y el sueño cercano de la NBA

La parte económica obviamente es un factor en muchas de estas decisiones. Por un lado, porque las propuestas que les llegan se basan en el concepto, como decíamos, de remunerar a estos jugadores jóvenes. Tanto en Overtime Elite como en Ignite, en la G-League, los talentos empiezan a cobrar buenas cantidades a edades muy tempranas, además de poder firmar sus primeros contratos publicitarios con marcas. La remuneración de los jugadores en las canteras europeas conceptualmente no tiene nada que ver con lo que les ofrecen por dar ese salto y, cuando pueden firmar sus primeros contratos con el primer equipo, obviamente los clubes buscan cubrirse las espaldas con potentes cláusulas de salida hacia la NBA que puedan compensar todo el esfuerzo deportivo y económico invertido en su desarrollo. En esos escenarios, clubes puente europeos pueden encontrar la posibilidad de hacerse con jóvenes talentos ofreciendo una salida más fácil hacia la NBA.

Al mismo tiempo, Overtime Elite o Ignite prometen una formación dedicada específicamente al objetivo NBA, con un enfoque de juego muy estadounidense en la evolución y el desarrollo. Muchos echarán de menos la competitividad y la formación táctica de Europa, pero hay que entender que en estas academias o proyectos el enfoque y el objetivo es puramente la NBA y el baloncesto estadounidense.

El previsible cambio de normativa NBA, que permitirá a los jugadores entrar a la mejor liga del mundo incluso un año antes, volverá a sacudir todo el paradigma, con miles de mentes pensando cómo maximizar el potencial deportivo y económico de sus jugadores.

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