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Carta abierta al Club Estudiantes, por Quique Peinado

Carta abierta al Club Estudiantes, por Quique Peinado

Llevo unos días valorando si escribir esto o no. Primero, porque estoy enfadado, y no es bueno razonar enfadado. Segundo, porque solo soy un aficionado de muchos años que, aunque ha conocido el Estudiantes por dentro, fundamentalmente sigo siendo un aficionado. También es verdad que por haberme dedicado profesionalmente al periodismo de baloncesto conozco el negocio mejor que el hincha medio. Y también es cierto que alguien tiene que alzar la voz públicamente. Así que allá voy.

Vi la rueda de prensa del presidente del Club Estudiantes, Fernando Galindo, desde la estupefacción y la furia. Con un tono engolado, Galindo concedía, con la solemnidad de quien está entregando la cabeza de alguien, que el descenso del Estudiantes era culpa de los fallos en los fichajes. Esperé y esperé para ver si el presidente veía una causa mayor, un análisis global, un reconocimiento de las muchas culpas que tienen los dirigentes del club desde hace muchos años: nada. Los fichajes. La culpa, entonces, del segundo descenso de la historia del club será del director deportivo y de Zach Graham y Brandon Thomas, o de Diego Ocampo, o de Xavi Rey. Y no. Ellos pierden partidos, es el club el que lleva años descendiéndose a sí mismo.

Hablo por mí, pero sé que muchos me secundan: estamos hartos. Hartos de ser un club que no sabe separar sus valores de la gestión profesional de un club ACB. Hartos de que nadie se dé cuenta de que lo mejor que se puede hacer por nuestra cantera es gestionar mejor el ACB, para que cuando los chicos lleguen al primer equipo se encuentren en un entorno estable y profesional donde desarrollarse con tranquilidad y sin que la presión de la vida o la muerte sea para ellos. Hartos de ser un club que toma sus decisiones en base a las opiniones de demasiadas personas demasiado poco profesionales.

Pero, sobre todo, hartos de que hayamos vuelto a bajar y a estas alturas ya estemos dándonos palmadas en la espalda, como se las dio el presidente en la rueda de prensa: los valores, la mayor cantera, los más listos, los más guays, los más guapos. Señores: somos los más guays en muchas cosas, y así debe seguir siendo porque los que queremos al Estudiantes lo queremos por eso. Pero la gestión profesional de un equipo profesional es otra cosa. Si un director deportivo, por muy cuestionado que esté, decide que quien debe ser el sustituto de Diego Ocampo es Óscar Quintana, tiene que ser Óscar Quintana. Y si el presidente para ello debe dar la cara con la afición, que lo haga. Y si se desgasta, que se desgaste. La afición tiene razones para no querer a Quintana, y muy válidas. Pero si se toma una decisión profesional, adelante. Para eso gestionan un club profesional. Esto del entrenador solo es un ejemplo, no tomen la parte por el todo. Creo que Josean Querejeta me entiende y no le va mal.

Señores directivos del Estudiantes: lo estamos haciendo muy mal. Todos sabemos las dificultades económicas del club, todos sabemos que no vamos a volver a ser lo que éramos, pero esto tampoco. Porque los equipos contra los que competimos tienen menos potencial que nosotros aun hoy. El buen trabajo del club hace que sigamos atrayendo a grandes patrocinadores. Seguimos siendo atractivos por ser un club con valores. Pero si el ACB no acompaña, la gente nos dejará. Podemos decirnos que somos la mejor afición, que no está lejos de la verdad, o podemos pensar por qué en el partido en el que descendimos de verdad, el desastre contra el UCAM Murcia en el Palacio, había 6.000 personas en el pabellón, que además salieron de allí deprimidos.

Hace falta darle la vuelta al club, que salga una generación directiva y entre otra, que se dé el mando de lo profesional a los profesionales y los que no lo somos, los apoyemos. No tenemos que dejar de ser lo que somos ni obviar las dificultades para hacerlo mejor. Pero hay que cambiar. ¿Y saben lo peor? Que creo que si hacemos algún cambio cosmético, si entra otro presidente y algún que otro directivo nuevo, no va a poder cambiar nada. Seguirán opinando muchos, demasiados, y gente no profesional. Nadie querrá entrar si no somos conscientes todos de que o le damos una vuelta total al club o esto no va a cambiar. Para eso hay que dar un paso al lado y ayudar a los que vengan, si alguien se atreviera. De la rueda de prensa de Fernando Galindo saqué la conclusión de que hemos pasado del #AquíNoSeRindeNadie al #AquíNoSeMueveNadie.

Basta de autocomplacencia, basta de manos acariciándonos el lomo, basta de decirnos que somos los mejores. Podemos sentarnos a tomar un café en el Magariños viendo a los niños entrenar y conformarnos con eso, o hacer algo de verdad. Y si no lo hacemos, seguiremos enfadados. Permanentemente enfadados. Y los chicos de la cantera que subamos serán jugadores frustrados que se acabarán yendo sin que queramos que se vayan. Y ser lo que somos ya no tendrá sentido.

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