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El análisis del Clásico, por Marc Castillo. Así explica el Madrid-Barça

El análisis del Clásico, por Marc Castillo. Así explica el Madrid-Barça

El Real Madrid impone su jerarquía. El nuevo Barça de Roger Grimau naufragó en un partido que el Real Madrid siempre pareció tener controlado. Su poco acierto en el tiro de tres apretó un marcador que, por juego, bien pudo ser más favorable a los blancos.

En la guerra de puntos gratis, el Madrid disparó primero. Pese a que habíamos visto al Barça durante la pretemporada buscando con descaro las transiciones, lo cierto es que fueron los locales los que fueron en estampida en primeros segundos de posesión contra el aro rival.

Además, cargaron el rebote ofensivo con mucha energía, precisamente para entorpecer el despliegue de los azulgrana y restarles capacidad anotadora.

En defensa, se protegieron de las acometidas en poste bajo. Sin el (enorme) paraguas de Tavares, el Barça quiso explorar sus posibilidades tirando a Kalinic contra Musa de espaldas cerca del aro, pero el Madrid supo redimensionar el campo con ayudas y rotaciones.

Del mismo modo, en ausencia de Tavares, se podía presumir un escenario más favorable para la entrada de Willy Hernangómez. Sin embargo, y como ya vimos en la Supercopa, en esta ocasión fue el Chacho y Poirier los que le buscaron las cosquillas en defensa.

Contundente el galo y clarividente el canario, convirtieron cada 2c2 en una pesadilla.

En la preparación de partido, seguro que el staff del Madrid hizo referencia a esto. Fijaos que Parra, como último jugador, es el encargado de recoger la caída del bloqueador.

Si el pase sale fuera, Laprovittola defiende esa primera recepción vaya a quien vaya, y Parra rota sobre la segunda.

El bloqueo a la espalda del jugador de esquina impide esa primera defensa del argentino, liberando el tiro de 3.

Conocedores de la fragilidad mostrada por el Barcelona para defender su pintura, Chus Mateo hizo hincapié durante el partido a la necesidad de ser verticales al aro para obligar al rival a protegerse.

En la parte final del partido, sacaron mucho rédito.

Finalmente, estuvo inenarrable Facundo Campazzo. Dominando en el bloqueo directo, el Barça solo puede aspirar a frenarle si le obliga a soltar el balón.

Permitiendo que pise pintura, el argentino anduvo iluminado. Entregas de bella factura o finalizaciones sencillas, siempre a discreción de lo que ofrecía la defensa.

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