El Real Madrid ha empezado su participación en la Supercopa Endesa encajando 5 puntos en los primeros compases del partido. Con Mumbrú como estilete, Rafa Pueyo buscaba llevar al poste bajo a Darden y Dani Díez para castigarles. Y lo conseguía: cada uno acababa el cuarto inaugural con dos faltas personales. El alero catalán del Bilbao Basket era el principal referente de los que ejercían como visitantes y anotaba 10 puntos en el primer cuarto, bien secundado por Kavaliauskas, con 6.
Los vascos llegaban a tener una máxima renta de cinco puntos (5-10) pero la salida de Carroll a pista, con dos triples consecutivos, metía al Real Madrid en el partido y le ponía por delante (15-12). Las alternancias se mantenían durante el primer cuarto y el Madrid se mantenía a flote gracias a los triples (6 de 10). Dos lanzamientos lejanos de Carroll y Mirotic, ambos 9 puntos, dejaban el partido en 25 a 24 al término del primer cuarto.
Con Sergio Rodríguez en la dirección (7 asistencias en menos de 9 minutos), el Real Madrid despertaba. 8-0 para iniciar el segundo cuarto y tiempo muerto de Pueyo (33-24). Germán Gabriel rompía la sequía después de 3 minutos sin anotar con un 2+1… pero Carroll y Rudy Fernández respondían en el otro aro con tres triples más: 42-29. ¡9 de 14 para los blancos!
La ventaja lejos de disminuir, crecía y rondaba los veinte puntos al descanso (53-35).
Mirotic se convertía en el hombre del tercer cuarto. Ocho puntos del ala-pívot hacían que el entrenador del Bilbao parara el partido a las primeras de cambio (61-39). Llull con dos triples consecutivos sepultaba las esperanzas de victoria del equipo vasco a cinco minutos para el final del tercer cuarto (67-44).
El Real Madrid no bajaba el pie del pistón y seguía inspiradísimo desde la línea de 6,75 metros. El último parcial arrancaba con un 10-0 que hacía que el Bilbao parara el partido. De poco servía. El parcial crecía hasta 19-0 y el Madrid se gustaba en la pista con ‘El Chacho’ al mando de las operaciones (92-51). Hasta Mejri se estrenaba como jugador blanco, con un mate.
El orgullo de los bilbaínos hacía que nadaran para tratar de remontar una sonrrojante desventaja de cuarenta puntos pero Dani Díez se sumaba a la fiesta y sólo Carmichael desde el tiro libre dejaba el marcador en 100-61
