- Entrevista publicada originalmente en la edición en papel del especial Gigantes sobre el Río Breogán, un número que puedes conseguir aquí
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Tito Díaz es lucense y ha sido todo en el Breogán: fue jugador (1983-1987 y 1988-1990), primer entrenador en dos etapas (1997-1998 y 2019), secretario técnico (1997-1998) y ahora es director general del club desde el verano de 2019. Repasa una temporada sobresaliente para un Breogán que fue el único ascendido en 2021, con un Džanan Musa que ya es leyenda del club, con los hermanos Quintela como los dos lucenses en plantilla y con una afición fiel desde ya hace más de medio siglo de amor por el baloncesto y por su equipo.
¿Qué balance global haces de la temporada?
Muy bueno. Fue una temporada que empezaba con incertidumbre porque éramos el único equipo recién ascendido. Ya empezamos bien en lo deportivo, con una victoria contra Tenerife y una segunda victoria en Burgos. Fueron dos partidos casi seguidos que nos pusieron bien para empezar. Luego, el equipo estuvo muy bien. No le pesó ni tan siquiera la circunstancia de que se va el entrenador. Siguió ganando. Se ganaron ocho partidos con Paco Olmos y ocho después. Una temporada bastante regular. El equipo compitiendo casi siempre. Se cuentan con los dedos de una mano los partidos en los que no se compitió. Fueron dos o tres. En el resto de partidos, o los ganó o tuvo opciones de ganar.
¿Y a nivel social?
El ambiente en el Pazo fue extraordinario. Se vivió una fiesta en cada partido. La afición respondió muy bien. Fuera del Pazo, la creación de la Fundación Breogán llevó el baloncesto a la ciudad con la gerencia de Salva Arco. Y llevarlo también a la provincia. Devolver a la provincia un poco lo que nos da. Socialmente, el Breogán creció. Y económicamente vamos a acabar con superávit. Y eliminamos una parte de la deuda histórica, de la deuda anterior. Estamos ahora mismo con deuda cero a proveedores externos. Solo tenemos una financiación avalada por nuestros máximos accionistas que va incluida en el presupuesto. Por tanto, un año extraordinario.
¿Con qué momentos te quedas?
Hay varios. El primero, el primer partido, que nos puso en el camino. Marcó, nos ayudó muchísimo. Veníamos de perder dos partidos en el torneo de Vilagarcía (de Arousa) con bastante diferencia. Había dudas. Y esa primera victoria fue extraordinaria y además ante un rival de la entidad de Tenerife. Esas dos victorias contra el Tenerife y en Burgos fueron el primer momento. El segundo momento importante es la marcha de nuestro entrenador. Primero, ganar a Baskonia con los entrenadores ayudantes casi sin primer entrenador y clasificarnos para la Copa. Luego, cuando llegó Veljko, el equipo volvió a ganar. Ganamos a Valencia antes de ir a la Copa. Tal vez fue el tercer momento bonito de la temporada fue jugar la Copa contra el Real Madrid. Una presencia histórica después de muchísimos años. Y competir al nivel que competimos. Estuvimos con opciones de ganar al Madrid hasta el final. Ese momento también quedará en el recuerdo. Y un cuarto momento cuando, pese a las lesiones de Musa y Trae Bell-Haynes y en algunos partidos de Tyler (Kalinoski) y Rašid (Mahalbašić), el equipo siguió compitiendo y con la buena noticia con la victoria en el partido final sobre Unicaja con la vuelta de Musa. Ese undécimo puesto que nos permite, incluso, soñar con jugar en Europa.
¿Te quedas con el leve regusto amargo de quedarte a una victoria del playoff? ¿Con ese 9.5, por así decirlo?
Jugar la Copa y el playoff para un recién ascendido hubiese sido extraordinario no, lo siguiente. Fue muy bonito competir hasta la penúltima jornada por estar en playoff. La clasificación te puede permitir jugar en Europa. Un playoff lo hubiésemos disfrutado porque tendríamos al equipo entero. Trae (Bell-Haynes) ya podría haber jugado. En absoluto empaña nada. Hubiese sido más que excelente. Estamos muy contentos de lo que hicimos. Fue una temporada extraordinaria.
Y la afición disfrutó en la Copa.
Quiero agradecer la presencia de la afición de Lugo en la Copa. Se hicieron notar en el pabellón y en la calle. Con Maximus a la cabeza. Fue parte importante del ambiente de la Copa. Siempre nos sentimos arropados. En cada pabellón había gente de Lugo con camiseta del Breogán. Los sentíamos siempre. Quiero destacarlo y agradecerlo. El breoganismo estuvo muy presente. Es muy de agradecer.
¿Cómo describirías la pegada, el poso que ha dejado Džanan Musa en Lugo?
Por talento, por carácter y por compromiso, se ganó, de sobra, el premio de MVP. Es un jugador ganador que no se arruga nunca, que se juega los balones decisivos. Siempre pide el balón. El partido contra Manresa, cuando en el descanso tenía la nuez de la tráquea rota, y quiso jugar. Juega, mete 22 puntos y ganamos. En el partido en Andorra se encontró mal por la mañana, fuimos al hospital con él y salió a las dos. Jugábamos a la cinco. Me acuerdo que me dijo que iba a comer algo, meter 20 puntos y ganar. Y tal cual. Es un MVP súper, súper merecido en todos los aspectos.
Ahora los jugadores verán Lugo como un lugar para ser trampolín en sus carreras, verán el Breogán como punto de inflexión.
Sí, sí. En Lugo se vive mucho el baloncesto, con mucha densidad. El Pazo empuja mucho, está al lado del equipo. Eso le ayuda a los jugadores. Los jugadores juegan muy arropados. El hecho de sentirse querido y animado ayuda al jugador. Probablemente, eso nos ayude. El Breogán es un equipo con presupuesto pequeño, pero es una ciudad de baloncesto. Y un sitio para que el jugador se desarrolle en el ambiente del club, de la plantilla. Siempre procuramos que el equipo funcione como una familia. Siempre es el primer objetivo en cada temporada. Que los jugadores no solo formen un equipo, sino una familia. Eso ayuda. Todos estos factores ayudan al desarrollo de los jugadores. Eso puede ayudar que vengan jugadores, sí.
¿Cómo describirías la influencia de dos ídolos y héroes locales como Erik y Sergi Quintela?
Muy importante. Son intangibles. Ellos aportan tangibles e intangibles. Tangibles es lo que aportan al juego del equipo. Tienen un rol específico y ya lo tenían para conseguir el ascenso. Se ganaron el derecho a jugar en ACB. Tuvieron su rol con los dos entrenadores. Cada uno es distinto del otro. No son iguales. Pero, después, están los intangibles, que es el vestuario, la conexión con la afición. Yo tuve la suerte de ser un jugador de Lugo que llegó a jugar en el Breogán también ascendiendo con el equipo. Para mí, es una satisfacción enorme que bastantes años después hayamos conseguido que haya jugadores de Lugo. Hay que darles la oportunidad y ellos tienen que cogerla. Se dieron las dos circunstancias. Ellos respondieron, estuvieron a la altura. Ayudaron mucho los dos. De hecho, son las dos primeras renovaciones para la próxima temporada.
¿Qué matices ha aportado Veljko Mršić? Públicamente, siempre incidía en la defensa.
Sí, sí. A él le gusta eso y el concepto de equipo. Hay jugadores que han crecido con él, como Jordan Sakho. Y algunos mejoraron sus prestaciones. Y no era fácil. Su idea es trabajar en equipo. Le ha dado un puntito más de exigencia en el día a día. Es un entrenador muy exigente. Te da intensidad. Le gusta la defensa y le gusta repartir roles también. Nos consideramos muy afortunados porque el cambio de entrenador, al contrario de lo que se pensaba, no nos perjudicó. Y teníamos muchas dudas porque cuando un equipo va muy bien y un entrenador se va a mitad de temporada le puede hacer mucho daño. Veljko cogió el toro por los cuernos, puso su sello, respetó muchas cuestiones que funcionaban y eso nos hizo acabar muy bien, a un partido del playoff y compitiendo siempre.
¿Qué te decían de la afición del Breogán el resto de clubes y la propia ACB?
La ACB es consciente de que el espectáculo que se vive en Lugo en cada partido es único, es distinto. En Lugo se viven los partidos con energía. No se va a ver el partido, se va a vivir el partido. La gente de pie, cantando, participando, levantando al equipo en los momentos difíciles, haciendo que equipo y jugadores sean mejores. Y acompañando al equipo fuera del Pazo. El peor día fue el viaje a Bilbao, con casi mil personas de Lugo y no pudimos jugar. Fue un día muy triste. Y más cuando alguien dejó correr la voz que era el Breogán el que no quería jugar. Y eso es el colmo. Tuvimos muchos días felices también fuera de Lugo.
Esta temporada, la afición ha recibido muchos elogios, pero es una afición fiel desde su creación en 1966. Tanto en el Municipal como en el Pazo. En ACB o en LEB.
Conozco cuatro generaciones de aficionados: abuelos, padres, hijos y nietos. En LEB teníamos 4000 abonados antes del covid. Esto es indicativo de lo que importa el baloncesto en Lugo. Lugo es Breogán. Es más que baloncesto. El baloncesto gusta mucho en Lugo, pero el Breogán es parte de la ciudad. Es un sentimiento, como dice el himno. Es un activo de la ciudad de Lugo. Trasciende muchas veces lo deportivo.
Un club con mucha visibilidad en redes, de los que más en toda Europa. ¿Cómo lo valora el club?
Hay seguimiento en la pista, en la calle y en las redes. Estamos entre los diez equipos con más seguimiento en Europa en redes. Todo el día hay comentarios. En la calle y en la pista, también. Hay seguimiento en todos los lados. Que hablen de ti te hacen mucho más grande. Tiene mucho seguimiento.
¿Qué importancia tiene Maximus?
Fundamental. Al lado de la afición hay que poner a Maximus. Es un símbolo del Breogán. Hace muy bien su trabajo. Les encanta a los niños. Tuvimos que crear un MiniMaximus. Es una parte importante de los partidos y de que el Breogán llegue a la sociedad. Va a cada acto de la Fundación y del club.
Como ex jugador, ¿qué recuerdo tienes del paso del Breogán por Europa quedando sextos en liga en 1985 y jugando la Copa Korać 1985-1986 con otros dos jugadores de Lugo como tú?
Un recuerdo muy bonito. Conseguimos ser sextos, mejor clasificación de un equipo gallego en la historia. Nos permitió jugar la Copa Korać. Nos tocaron tres equipos de Euroliga de primer nivel, como eran Varese, Estrella Roja de Belgrado y Villeurbanne. Y conseguimos repetir playoffs al año siguiente. Fueron años muy bonitos. Fue la vuelta a la ACB después de varios años. Ya posaron más de 30 años y recuerdo perfectamente ir a jugar a Varese, a Belgrado. Y, paralelamente, jugando playoff quedando sextos y séptimos en la liga. Y con gente de Lugo. Estábamos Manel Sánchez, Suso Fernández y yo.
¿Qué expectativas tiene el club para la próxima temporada?
Lo primero es seguir siendo solventes económicamente y seguir penetrando en la sociedad. La parte social es fundamental. Si acompañan los resultados deportivos, perfecto. Pero el primer objetivo es acabar con superávit. El Breogán está muy ordenado y es muy solvente económicamente a base de no gastar lo que no se tiene. Hay mucho seguimiento social. Deportivamente, tratar de hacer el mejor equipo posible dentro de nuestro presupuesto humilde.
Se cumplen este verano 30 años de la inauguración del Pazo dos Deportes. ¿Qué proyectos hay?
El Pazo es uno de los activos del club. Nos hace fuertes ganar en casa. Se va a mejorar el Pazo. Se van a poner sillas en el anillo inferior, mejorar el sistema de luces. En 30 años no se hizo prácticamente nada. Que luzca más bonito la próxima temporada.
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