La carta con la que Albert Oliver anuncia su retirada del baloncesto a los 43 años

Los que me conocéis sabéis que no me gusta hablar mucho, pero hoy debo y quiero hacerlo.

Esta va a ser mi última semana como jugador profesional de baloncesto. Empecé a jugar a los 6 años en el colegio y lo dejo con 43. No puedo describir con palabras lo que ha significado el baloncesto para mí, pero lo que sí puedo decir es que lo he disfrutado cada día. Y mucho.

Gracias a todos los compañeros que he tenido por hacerme disfrutar cada día de este deporte, mi pasión.

Gracias a todos mis entrenadores: Pedrosa, Xavi Pastor, Joaquim Costa, Alfred Julbe, Miquel Nolis, Edu Torres, Ricard Casas, Xavi García, Óscar Quintana, Fotis Katsikaris, Neven Spahija, Luis Casimiro, Salva Maldonado, Pedro Martínez, Aíto, Sergio Scariolo, Víctor García, Curro Segura y Moncho Fernández. Por exigirme, respetarme y hacerme mejor jugador. Y a todos los entrenadores ayudantes por colaborar en ello.

A todo el cuerpo técnico: preparadores físicos, fisios, doctores, delegados y utilleros, por cuidarme tanto. Y a Marc Guitart por prepararme durante más de 17 veranos.

A los clubs en los que he jugado, por tratarnos tan bien a mi familia y a mí: CP Joan Marques Casals, Sferic, Penya, Sant Pep, Caprabo Lleida, Bàsquet Manresa, Valencia Basket, Estu, Granca, Betis y Obradoiro.

A todas las aficiones de los equipos en los que he jugado, por lo querido que siempre me habéis hecho sentir.

Gracias al estamento arbitral por el respeto que me habéis tenido durante todos estos años y por «perdonarme» alguna que otra técnica.

A la FEB por las convocatorias con la Selección. Gracias por confiar en mí para las primeras ventanas y por hacerme disfrutar de una semana inolvidable.

A mis agentes Berenguer y Monico, sois parte de mi familia. Gracias especialmente a ti Ernest por estar siempre ahí, por decirme las cosas tal y como son y hacer más llevadero el vacío que dejó tu padre Jaume. Fue la persona que confió más en mis posibilidades y a quien hoy en día sigo echando de menos.

Gracias a mis padres y a mi hermano, por los valores que me habéis transmitido, la educación recibida y por todo el cariño y amor que me habéis dado. Os quiero.

Gracias a mis hijos Aina y Marc, por entender mi trabajo y adaptaros tan bien a todo lo que conlleva. Y porque sé que a vuestra manera estáis orgullosos de vuestro padre y eso me hace muy feliz. No cambiéis. ¡Os quiero tanto!

Gracias a mi mujer Cristi, la persona más importante en este trayecto. Por tu alegría y positivismo a pesar de todos los cambios que suponían un mayor esfuerzo para ti. Por estar siempre a mi lado, escuchándome y entendiéndome en los momentos buenos, en los no tan buenos y cuando llegaba contento y menos contento a casa. Por ser la mejor compañera de viaje que puedo tener (aún te quedan muchos años aguantándome), pero sobre todo por ser la mejor madre que nuestros niños pueden tener. Sin ti no habría tenido esta carrera, pero lo que es seguro, es que no sería la persona que soy ahora. Y me gusta la persona que soy. Timo guapa.

Y gracias a la suerte. ¿Por qué a la suerte? Porque hay cosas en la vida que no puedes elegir. No puedes elegir a tus padres, a tu hermano, a tus hijos y a la persona de la que te enamoras y yo no elegí, pero por suerte, tengo a los mejores a mi lado.