El Joventut ha anunciado esta semana su primer fichaje. Apuesta por el pívot Ousmane Drame (22 años; 2.06 m.), debutante en el baloncesto profesional al que llega desde la Universidad de Quinnipiac en la que ha promediado 14,9 puntos y 11,2 rebotes en su año sénior.
Revelador es un artículo del Hartford Courant que habla de la evolución y gran progresión del pívot guineano. “Era tan malo que los niños se burlaban de él. Es difícil pensar lo que ‘Ous’ ha logrado. No soy mucho de sonreír pero esto me dibuja una sonrisa en la cara. Estaba definitivamente incómodo, nadie creía en él”, dice Cory McCarthy, su entrenador en New Mission High School de Boston.
Pero hay más. McCarthy asegura que había jugadores, teóricos ‘compañeros’, que no querían compartir equipo con Ousmane.
Y es que no fue hasta su segundo año en New Mission High School cuando empezó a jugar de manera organizada al baloncesto. De pequeño, en Guinea, había jugado al fútbol hasta que lo abandonó porque odiaba correr.
Esta campaña, en su último año universitario, scouts iban habitualmente a los partidos de Quinnipiac para verle jugar.
“Esta es la parte divertida del baloncesto universitario a este nivel”, dice su entrenador en Quinnipiac Tom Moore que fue 13 años asistente en Connecticut donde “teníamos grandes jugadores que se iban temprano, muchas veces antes de completar su aprendizaje. Muchas veces no tenías la oportunidad de ver el desarrollo completo como jugador y persona porque se iban rápido”.