Las instalaciones de L’Alqueria del Basket están favoreciendo una barbaridad la vuelta a los entrenamientos del Valencia Basket. El conjunto toronja cuenta con 39 vestuarios y 13 pistas de baloncesto, por lo que su plantilla de 14 jugadores puede entrenar al completo todos los días de la semana, de forma individual y siguiendo todas las medidas de sanidad e higiene exigidas para el regreso a la actividad física.
El Valencia Basket no se ve en la obligación de organizar a sus jugadores en días alternos para que puedan utilizar las instalaciones deportivas del club, sino que puede contar con todos ellos sin ningún tipo de restricciones más allá de la organización de dos turnos de entrenamientos, ya que la normativa impide que haya más de ocho deportistas en el recinto al mismo tiempo. De esta forma, el club ha establecido dos tandas, una con ocho jugadores y otra con seis, en el que cada uno de ellos puede trabajar sin ninguna restricción al margen de las establecidas por la ley. Cada integrante de la plantilla tiene un vestuario y pista asignados y realiza todas las actividades de forma individual, en lo que han llamado entrenamientos por estaciones, sin dejar nada a la improvisación. Los entrenadores no pueden estar presentes en esta fase de la desescalada, pero coordinan todos los entrenamientos con los propios jugadores, pese a que estos trabajen ‘por su cuenta’.
Gigantes ha podido hablar con el club valenciano, que nos ha explicado cómo es la rutina del equipo, que se puede intuir en los vídeos subidos por el club a su canal oficial de Youtube. Los jugadores llegan a L’Alquería del Basket con guantes y mascarilla, se les toma la temperatura antes de entrar al recinto y van cada uno al vestuario que tienen asignado. Allí encuentran su ropa y elementos necesarios para entrenar, de manera que cada uno coge todo el material que va a utilizar y lo lleva a la pista que también le ha sido asignada de forma individual. Nadie que no sea el jugador puede tocar ningún tipo de material, tal como balón, gomas, comba, etc.
Una vez que los miembros de la plantilla han terminado con su entrenamiento, recogen sus propias cosas y lo llevan al vestuario, de manera que se aprovecha el cambio de turno para desinfectar todas las instalaciones, desde la pista a los tableros, pasando por los aros o las cintas de correr. Un proceso de una media hora larga, absolutamente necesario para poder proceder a recibir a los jugadores del segundo turno de entrenamientos diarios.
Esta rutina diferente a la habitual ha sido recibida de buen agrado por una plantilla que estaba deseando volver a la cancha. durante el confinamiento, los jugadores han estado trabajando en casa, con planes específicos de entrenamiento, gracias a que el club le facilitó a cada uno una bicicleta estática y material. Sin embargo, el contacto con la pista ha sido un bálsamo de aire fresco para los atletas, que ahora están deseando volver a jugar, siempre que la circunstancia lo permita, dentro de unas medidas de seguridad que hagan posible la vuelta de la competición.
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