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El clásico se convirtió en un regalo para el baloncesto. Cuarenta minutos resumieron la esencia de un deporte que tiene en los jugadores los verdaderos, únicos, protagonistas, capaces de superar con talento cualquier estrategia dibujada en una pizarra. En la primera parte un maravilloso duelo con Navarro (19 puntos antes del descanso) y Rudy rivalizando en calidad, en determinación, en acciones espectaculares, efectivas, imparables. Rudy desde la distancia, Navarro en finalizaciones cercanas patentadas en sus años en la élite. Y junto a esas dos indiscutibles estrellas de nuestro baloncesto el carácter desafiante y ganador de Mickeal, la irrupción de un incombustible Felipe, el duelo de calidad infinita protagonizado por Mirotic y Lorbek, la potencia de Jawai y los vuelos de Slaughter, los destellos de Sada y la genialidad de Sergio Rodríguez que puso un punto final a una primera parte antológica, seguramente la mejor que han protagonizado estos dos equipos en un clásico en muchos años. 45-44 en un luminoso que homenajeaba al baloncesto ofensivo, ese que llena pabellones, ese que engancha aficionados.
Pero en la segunda parte llegó el éxtasis en el Palau de la mano de su estrella, de su líder, silencioso pero líder, de ese Juan Carlos Navarro que dinamitó el partido con acciones propias de un superdotado. Y al festival de La Bomba – 28 puntos al final de un tercer cuarto cerrado con un triple suyo antológico – se unió un Mickeal impecable, un Sada convertido en perfecto director y un Jasikevicius disfrutando de esos partidos reservados a las estrellas. El marcador se disparaba 81 – 67 y el Real Madrid recurría a ese carácter ganador que le había llevado a catorce partidos imbatido resistiéndose a rendirse ante el mejor Barça de la temporada. Los grandes jugadores siempre aparecen y aparecieron Sergio Rodríguez y Carrol para reducir diferencias (86-81) y meter inseguridad en el cuerpo de los azulgranas. Pero esta vez al Barça no le tembló el pulso – 12 triples – contagiados por el estado de gracia de su estrella y en medio de un ambiente extraordinario los azulgranas recuperaron aire con una victoria inolvidable.
FC Barcelona 96 (23-22-28-23)
Sada 7, Huertas 2, Navarro 33, Jasikevicus 7, Wallace 8, Rabaseda 0, Lorbek 9, Jawai 7, Mickeal 15 y Tomic 8.
Real Madrid 89 (20-24-20-25)
Draper 3, Fernández 18, Suárez 2, Reyes 10, Mirotic 12, Rodríguez 17, Hettsheimeir 2, Begic 0, CArroll 11, Llull 6 y Slaughter 8.
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