Beqa Burjanadze afronta una nueva etapa en la Liga Endesa con el Covirán Granada, tras una última temporada en el Leyma Coruña y un verano histórico con la selección de Georgia, que alcanzó por primera vez las semifinales del Eurobasket.
El ala-pívot georgiano reflexiona en una entrevista para la Revista Chapman sobre su madurez como jugador, la evolución de la liga y los duros recuerdos de su infancia en un país marcado por la guerra.
«Cada año la liga cambia y el nivel sube mucho»
«Para mí y para mis oídos suena un poco raro que sea veterano porque es así, es un hecho, pero es como si fuera ayer… El otro día hablaba con Edu Durán, que le contaba en la sala de vídeo: ‘Tío, ¿te acuerdas de aquellos años en los que siempre éramos los más jóvenes, que siempre nos decían cómo era la proyección del club y del equipo y tal, y ahora, mira, ya somos veteranos’. Así que es una sensación un poco rara.
En cuanto a la liga, es así, cada año cambia y el nivel de competitividad sube mucho. Siempre pongo el ejemplo de mi temporada en San Sebastián, en Guipúzcoa, que jugamos en la ACB, descendimos, pero ganando tres partidos, competíamos por entrar en el playoff, o empatábamos con los equipos que luchaban por el playoff. Y ahí te das cuenta del nivel de competitividad que da esta liga. Y para conseguir nuestros objetivos, cada día tenemos que utilizarlo para dar la mejor versión de nosotros mismos y salir a ganar todos los partidos».
«Hubo muchos días al año sin luz, sin gas, sin agua»
«Fue bastante duro, aunque nuestros padres siempre… Y digo nuestros, me refiero a los míos, a los de mis amigos y a los de mi familia. Nuestros padres siempre intentaban que esas décadas oscuras que llamamos los 90 nos afectaran lo menos posible. Porque hubo guerra, guerra civil, una situación bastante complicada, de vivir muchas semanas, bueno, muchos días al año, sin luz, sin gas, sin agua. Quiero recordar que una o dos veces por semana, volvía a haber luz y era como una fiesta para nosotros, y recuerdo muy bien esas fiestas. Y luego, sin gas, sin luz, sin agua, muchas veces. Pero nuestros padres se dejaron la piel trabajando para que estas circunstancias nos afectaran lo menos posible.
Poco a poco, la situación mejoró un montón, pero luego, en 2008, la guerra contra Rusia, sus tropas entraron en nuestro país, en nuestra tierra. Tomaron dos de nuestros territorios que mi generación, por ejemplo, nunca llegó a visitarlos, como Abjasia y el sur de Osetia. Ahora mismo, es un país súper seguro, un país maravilloso. De hecho, cada año veo más españoles, turistas españoles. Por ejemplo, hace cinco años, oír a la gente hablar español en Georgia era casi inimaginable. Y ahora, cada año veo más turistas, y eso me alegra mucho».
Foto: Getty Images
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