El 9 de mayo de 2008 el C.B. Granada, como otros equipos, se jugaba su futuro. Necesitaba ganar para permanecer en la ACB un año más y lo hacía sin su jugador más representativo, Curtis Bortchardt. En su lugar ficharon sólo para este partido definitivo que disputaron ante TAU Cerámica a un pívot que intimidaba: Pops Mensah-Bonsu.
El Granada le fichó pese a que su caché era alto y exigió bastante, pero funcionó. Se fue a la concentración del equipo, un poco de entrenamiento, día de partido, victoria y vuelta a Estados Unidos: así de fácil. El Estudiantes, el Murcia y el Valladolid también estaban en problemas, el León ya había bajado matemáticamente. En el pabellón nazarí se respiraba un gran ambiente, pero llegaba un TAU muy temido en aquella época. Dio igual. Pops Mensah-Bonsu había llegado para hacer el trabajo, que era ganar, y lo iba a hacer dejando también un sello histórico. 22 puntos y 9 rebotes, rozando el doble-doble y cogiendo la captura con la que los locales amarraron la permanencia. Ganó el Granada por 89-87 en el día de un one-hit-wonder inglés de 2,06 metros y 106 kilogramos.