La primera edición digital de la revista argentina Básquetplus trae como eje central una entrevista a Pablo Prigioni.
El incombustible jugador de los Clippers repasa toda su trayectoria y habla de los dos años que pasó en el Real Madrid (2009-11), tras ser toda una institución en el Baskonia, y en los que sólo logró dos subcampeonatos de Copa, uno de Supercopa y una clasificación para la Final Four de Barcelona 2011.
El base reconoce que llegó a Madrid “ilusionado con un proyecto y el proyecto se fue a la mierda, porque al final del primer año echaron al general manager, y en vez de tocar lo que había que retocar, fue peor, porque se fue también Ettore [Messina], llega un general manager nuevo, toda la filosofía cambia, pasan a ser jugadores jóvenes que necesitaban tiempo y eso quedó claro después. Sergio Rodríguez y Sergio Llull se convirtieron ahora en jugadores top, pero necesitaron tres años para ganar. Fue todo un despropósito esos dos años”.
Prigioni ha arrojado luz sobre su relación con el entonces entrenador Ettore Messina con el que afirma que no se enojó: “Se dijo que estaba peleado con él y es mentira. El tuvo su responsabilidad, como la tuvimos todos: jugadores y directivos. Con Ettore tengo una gran relación y cuando me preguntan por él siempre doy buenas referencias. Creo que es un entrenador que estuvo en una situación incómoda”.
En 2011 volvería al Baskonia antes de dar el salto a la NBA. “Tenía tanta bronca que volví a Vitoria hecho una furia. Estaba Dusko de entrenador. Lo llamé y le dije que si hacía falta iba a entrenar 15 horas por día, que no le iba a fallar. Y entrené como un cabrón y jugué como un cabrón. Y todo tiene su origen en la rabia con la que me fui del Madrid”, concluye.
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