Salva Arco ha anunciado su retirada de las canchas. El jugador de 36 años que la pasada campaña consiguió el ascenso con el Río Breogán ha puesto fin a su carrera después de 19 años como profesional.
Esta ha sido su carta de despedida:
«Hace tiempo un exjugador al que realmente aprecio intentó explicarme cuál sería el momento idóneo para retirarse. Sin ser consciente de la importancia de esas palabras ni de cuándo llegaría ese momento, lo escuché atento y me quedó grabado el siguiente mensaje.
Toma tú la decisión, que no sean ni las lesiones ni la falta de oportunidades. Siente que aún eres válido para seguir compitiendo. Que no te quede nada, la sensación de haber luchado con todo por cada uno de tus sueños hará que la decisión final sea más liviana. por último, que el futuro en el que te aventuraste ilusione igual o más que el presente que vas a dejar.
Y bien, ese momento ha llegado. Después de 19 temporadas como profesional, dejo a un lado la etapa más importante de mi vida, hasta el momento.
Me retiro del baloncesto profesional sin ser aún consciente de lo que eso significa. Son muchos años, muchas horas, una forma de vida que no se puede cambiar de la noche a la mañana. Y lo hago como describía ese exjugador, siendo yo el que toma la decisión, sintiendo que aún podría competir un tiempo más, con la conciencia tranquila por haberlo dejado TODO en cada uno de los equipos en los que he estado y, por último, con la ENORME ilusión por lo que me depara el futuro.
Me sería imposible agradecer a todo el mundo que me ha acompañado durante estos últimos 19 años. Bueno, en realidad han sido 32. Desde que en el garaje de mi casa, con 5 años, encestaba una y otra vez en la canasta roja que hizo mi padre, hasta el día de hoy, que delante del ordenador pongo punto y final. GRACIAS a todos mis compañeros, amigos, entrenadores, clubes, periodistas, directivos, aficionados, agentes, servicios médicos… y un lardo etcétera de personas que me han traído hasta aquí. Sois MUCHOS. Aún así no ha sido un camino fácil, de hecho, siempre que echo la vista atrás, me hubiese gustado disfrutar más de todo lo vivido. Mi exigencia personal, las lesiones, las semanas lejos de mi familia, el no ver crecer a mi hermano pequeño… son muchos los momentos difícil que conllevan el ser jugador profesional, pero entiendo que esa es la manera que el BALONCESTO ha querido educarme y prepararme para la vida real«.
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