Compromiso con el equipo, con su familia y con el baloncesto. La presentación de Amare Stoudemire como nuevo jugador del Hapoel Jerusalén desprende compromiso.
A los 33 años, y después de 14 jugador en la NBA, el ala-pívot se ha retirado, pero sólo de la mejor Liga del mundo. Quiere enseñar que hay basket más allá de sus fronteras.
«Me he comprometido para ganar un título», asegura Stoudemire, presentado en Nueva York tras firmar por dos cursos. «No quería sólo un año porque significaría tener que desarraigar a mi familia otra vez».
De hecho, trasladar a su familiar no ha sido fácil: «Es una decisión muy emocional en este momento. Tengo que desarraigar a mi familia de los Estados Unidos a un país diferente».
“También es un viaje espiritual», añade Stoudemire, que ha tenido que desprenderse de su parte de la propiedad del club con un único fin: «El sueño se ha hecho realidad».
Stoudemire admite que tuvo ofertas NBA, pero no eran equipos con aspiraciones. Y al hablar con los Knicks, con los que firmó antes de retirarse del basket en EE.UU., vio que no tenía sitio: «La plantilla estaba muy llena».
El ala-pívot, 6 veces All-Star, disipa dudas sobre su físico: «Fui titular en 37 de los últimos 40 partidos con Miami. Estuve sano toda la temporada. Mi cuerpo está bien. Quería retirarme sano de la NBA y lo conseguí».
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