La semifinal de la Liga Griega entre el Panathinaikos y el Aris está trayendo cola.
Los compañeros tenían que parar a Elliot Williams en el calentamiento del tercer partido por los insultos recibidos de algún aficionado y los árbitros detendrían después el choque por los improperios del público del Nikos Galis Hall a Diamantidis.
Tras la derrota por 77 a 68 explotaría Pedoulakis al ver cómo los seguidores del Aris se acordaban de la madre de Fotsis recientemente fallecida.
El cuarto partido ha vuelto a traer cola. El Aris ha empatado a dos la eliminatoria (victoria por 56 a 50) al no poder contar con Feldeine, Gist y Haynes sancionados deportiva y económicamente por salir de fiesta tras el tercero de la serie.
Los aficionados locales, no contentos con el triunfo, le han devuelto a Pedoulakis la moneda saboteando su rueda de prensa. El técnico ha acudido con protección policial pero los seguidores del Aris no han parado de cantar, golpear las paredes del túnel de vestuarios e insultarle. Apenas ha podido hablar.
La definición, el sábado en el OAKA para un Panathinaikos en uno de los momentos deportivos más comprometidos de su historia.