MÁS EUROPAEstás viendo//'Dragones y mazmorras'. José Ajero analiza el oro de Eslovenia y el bronce de España
‘Dragones y mazmorras’. José Ajero analiza el oro de Eslovenia y el bronce de España

‘Dragones y mazmorras’. José Ajero analiza el oro de Eslovenia y el bronce de España

Se apuntan los americanos el descubrimiento del juego del basket. Para quitarse importancia dicen que fue un profesor nacido en Canadá. Es lo que ellos creen. Seguro que algún bisabuelo de Goran Dragic ya lo jugaba. O algún tatarabuelo de Bogdanovic ya tiraba a alguna canasta, aunque no fuera una cesta de melocotones.

Fuera de bromas, me cuesta mucho imaginar dos sitios donde el basket sea tan importante. No es Indiana. No se hacen películas, pero son fanáticos de lo de Naismith. Entiendo por ello, que si Eslovenia y Serbia coinciden en una final, pues se homenajeen.

Lo ganó Eslovenia con Dragic y sin él. Y menos mal que no lo ganó Serbia, porque cada cosa que hacían para domar a los eslovenos, me hacía preguntar… “¿Y eso por qué no lo hicimos nosotros?”. Es igual. Escribí en su primer día de vida de esta columna, que Eslovenia ya no tenía miedo. Un equipo acomplejado en photocall y en grandes luces, le dio a Goran Dragic su mando.

Por trayectoria, Dragic no es el más fácil de llevar. Ha tenido líos por poder en equipos y en su selección. Respetó poco y pago platos rotos. Pero este año tuvo su equipo, su entrenador y un grupo coral preparado. La principal virtud verde ha sido ser duro y desagradable. Pelear y poner mala cara.

El carácter de Dragic topó con el carácter de Doncic. Y queriendo ganar, pues encontraron su hueco para hacer la historia. Goran anotó 26 puntos en la primera mitad y acabó fundido en la segunda. Le sentaron fundido a falta de tres minutos. Cinco antes Doncic se torcía un tobillo y uno después, Prepelic y Anthony Randolph aparecieron para demostrar su empape.

De este duelo, me encanta pensar que un Doncic vs. Bogdanovic puede ser pornografía de pago en el futuro. Sobre todo, que la bola, aunque haya tardado en hacerlo, no miente. Y que la cabra tira al monte, y que los antepasados balcánicos, esos que nacieron con el secreto del basket bajo el brazo, estarán orgullosos de por dónde van los tiros.

Bronce

Aprenderé a valorarlo. De hecho, lo chillé a muerte hasta que llegó. Me di una tregua. Pero no me convence. Debimos ser oro, por nombres y talento. En fin, otra medalla, es otro hito. Y puestos todos juntos, simplemente equivale… a la hostia.

Lo mismo para Juan Carlos Navarro. Los grandes, grandes son. Y como son muy grandes y el basket es cosa de altos, nos parece de poco mérito sus virguerías. Por eso, cuando uno más bajo domina el juego, se suceden los halagos, en compadreo, la empatía y la emoción. La última palabra es con la que se puede describir la carrera de Navarro.

Ojalá sepamos contar a todos, como hemos hecho los de mi generación quién fue Navarro. Y lo hagamos con tanto ahínco como ponemos para decir a otros más jóvenes, que hubo una serie de dibujos fugaz que nos llegó a todos. Se llamaba Dragones -Dragic- y Mazmorras -donde queda encerrado este bronce en mi memoria-.

Deliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Desliza hacia abajoSigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
Cargando el siguiente contenidoEspera un momento por favor :)