Si el Panathinaikos ganaba el primer partido de la final de Grecia en el Pireo hoy le ha tocado al Olympiacos hacer lo propio en el OAKA y colocar el empate a uno.
El final, de auténtico lujo y no apto para cardiacos entre dos jugadores que han marcado una época: Dimitris Diamantidis y Vassilis Spanoulis.
El base del Panathinaikos, que da sus últimos coletazos antes de la retirada, tiene el balón en sus manos, hunde a su rival para dar un paso atrás y mete su primer tiro de campo, un triplazo que adelanta a los greens a 8 segundos y 3 décimas del final. 66-65.
¿2-0? Nada más lejos de la realidad. Tiempo muerto y posesión en campo de ataque para el Olympiacos.
Allí tira de galones el líder de los reds, Spanoulis: para, finta, rectifica y pese a la defensa de Calathes, el mejor del primer partido, anota sobre la bocina el triple ganador. 66-68. Brutal final que celebran sus compañeros en carrera rumbo al vestuario tras recuperar el factor cancha.
El tercero, el próximo jueves en el Palacio de la Paz y de la Amistad donde los seguidores del Olympiacos han recibido a sus jugadores como héroes. ¿Qué nos deparará?