Quinto partido de la final de la Liga en la temporada 1988-89: Barcelona y Real Madrid disputándose el título. Un pedazo de historia del baloncesto español. El madridista Drazen Petrovic venía de anotar 42 puntos en el cuarto encuentro, que niveló la eliminatoria dejándolo todo en juego para el último partido en Barcelona. Los locales, con un Epi motivadísimo, acabaron llevándose el título (96-85).
Fue un partido de altísima tensión y enorme polémica arbitral, con hasta seis eliminados del Real Madrid por faltas y Epi celebrando las canastas con gran rivalidad ante Petrovic. «No volveré a comportarme así. Pero he querido anticiparme a Petrovic en la exteriorización de la alegría porque de lo contrario podría habernos afectado negativamente», declaró Epi después de ganar el título y celebrarlo al más puro estilo del genio de Sibenik. Así fueron las portadas de Gigantes por aquel entonces.
Aquella fue la única final liguera del croata en España, ya que acabaría marchándose a la NBA la temporada siguiente tras ganar Copa y Recopa (esta con 62 puntos en la final) con el conjunto madridista, pero no la Liga, que se quedó el Barça de Aíto García Reneses.
El día que Gigantes se llevó a Drazen Petrovic a echar una partida de bolos
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