Todo se pone en contexto con el pasado 22 de octubre, fecha en la que el genio Drazen Petrovic hubiera cumplido 55 años. Con motivo de ello, Básquet Plus ha sacado a la luz una curiosa historia que tuvo como protagonista a un periodista del mundo de la canasta, Alejandro Sonich, y al jugador nacido en Sibenik.
Nos remontamos al año 1986. En ese momento, Drazen, que aún no habia venido al Real Madrid, fue a Argentina a jugar la llamada Copa William Jones. En su estancia (Córdoba y Buenos Aires), conoció a Sonich, que no tenía ni idea de croata, y para hablar con él tuvo que pedir ayuda: su familia, con origen de dicho país, les ayudó a entenderse por medio de su tía.
Y de ahí… ¡a mandarse cartas! En una era sin los avances tecnológicos de hoy en día, se intercambiaron las direcciones postales y se mandaban un par de ellas al año: «No hablábamos de nada raro, simplemente de cosas familiares y de la vida», destaca el periodista.
Cuatro año después, en 1990, con ocasión del Mundial celebrado en el país sudamericano, se volvieron a encontrar: «Para ese entonces él ya hablaba español, entonces nos comunicábamos más fácil. En las primeras cartas, la usaba a mi tía para que me tradujera las de él y también las respuestas mías. En el Mundial yo andaba con mucho trabajo, pero igual fui a ver sus partidos y charlaba con él después de los juegos».
Lo más llamativo, lo que sucedió tras la famosa final con el altercado entre el propio Petrovic y Divac: «Yo había ido a la cancha con mi viejo y él quería bajar a pelearse con Divac. Cuando se lo conté a Drazen, agradeció la actitud».
La historia no tuvo final feliz, ya que todo cambió con la muerte del talentazo balcánico: «Me enteré al otro día, porque el accidente ocurrió en la madrugada argentina. Fue muy fuerte, porque en un año y medio se murieron dos de los tipos que más admiraba: Drazen y Freddie Mercury».
Sonich le dio el mejor homenaje posible: ponerle a su hijo el nombre de Petrovic. Y Drazen ya tiene hoy 21 años. Una historia realmente conmovedora que ejemplifica a las claras lo mucho que significó el mítico Drazen Petrovic. En paz descanse.
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