De vez en cuando, el mundo del baloncesto deja guiones imposibles de trazar por la mente. Remontadas, game-winners o buzzer-beaters con mil giros dentro de la propia historia. Pero pocas, muy pocas veces, dentro de ese selecto grupo de encuentros inolvidables, sucede algo que se acerque lo más mínimo a lo acontecido en el encuentro entre Iowa y Michigan State. Con un minuto y 34 segundos por jugarse, el electrónico lucía un 91-78 favorable a Michgan State. El resto, es historia.
Quédense con esa cifra, 78 puntos. Porque Iowa, 4 segundos más tarde, convertía un triple para alcanzar los 81 tantos. Noventa segundos después, sobre la bocina, anotaba un triple para situar el 101-101 en el marcador y enviar el encuentro a la prórroga. Cinco minutos extra en los que completaron la remontada y se llevaron el triunfo (106-112).
En total, los Hawkeyes sumaron 23 puntos en los últimos 90 segundos de cuarto periodo. De esos 23, 15 llegaron en los 39 segundos finales, cuando todavía iban 10 abajo (96-86). Si ampliamos a la prórroga, el parcial se eleva hasta el 15-34 en 6 minutos y medio. Una absoluta barbaridad.
https://twitter.com/IowaHoops/status/1629562725301886976
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