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Sorpresón en la NCAA: Johnny Juzang, un héroe de Final Four 

Sorpresón en la NCAA: Johnny Juzang, un héroe de Final Four 

De estar repescado para el First Four… a la lucha final por el título. Pese a la grandeza de su historia, UCLA ha completado el camino de la cenicienta más dorada. Los Bruins estarán en la gran Final Four de la NCAA tras derrotar a Michigan en un agónico cara o cruz en el que los Wolverines tuvieron hasta dos oportunidades desde el triple para llevarse el partido. Ni Mike Smith primero, ni Franz Wagner con apenas 5 décimas consiguieron cambiar el resultado de un partido que Johnny Juzang nunca olvidará. El alero ha sido el gran protagonista de este Elite Eight, firmando una actuación antológica con 28 punto y será, ahora, la gran amenaza de Gonzaga en la semifinal. Y es que los Bulldogs siguen contando sus partidos por victorias (¡y van 30 ya!) tras arrasar a USC (66-85). 

UCLA Bruins (#11) 51 – Michigan Wolverines (#1) 49

En un partido trabado, gris, oscuro y, por momentos, hasta infernal… él fue la única luz. Suspensión tras suspensión, fue matando lentamente a su rival hasta completar una exhibición extraordinaria que tuvo su punto culminante en el último minuto, con un canastón en penetración que acabó siendo determinante. Michigan no supo ni pudo frenarle en ningún momento. El nombre de Johnny Juzang queda, desde ya, escrito con letras doradas en la historia del March Madness. Un auténtico héroe de Final Four. 

Johnny Juzang, un alero de 4 estrellas comprometido inicialmente con Kentucky, nunca olvidará esta noche del 31 de marzo de 2021. Después de un año en el ostracismo bajo las órdenes de un Calipari que nunca confió en él, Juzang decidió cambiar de universidad y, tras el beneplácito de la NCAA, se trasladó a UCLA. En California, ha podido desplegar todo su talento, convirtiéndose en el gran líder anotador de unos, sin embargo, titubeantes Bruins. Pero, a veces, el destino te guarda delicados caprichos en forma de sorpresa y, pese a caer en cuartos del torneo de conferencia, esta histórica universidad recibió una invitación al March Madness. La última. La repesca. Pero daba igual. 

Es esencial entender el contexto de la temporada de los Bruins para comprender su enorme éxito. ¿Y el partido, os preguntaréis? Siendo sinceros y justos, un cúmulo de errores y decisiones cuestionables siempre que el balón no pasaba por las manos de Juzang. 18 de los 27 puntos de UCLA al descanso… y victoria momentánea para los Bruins (27-23). Un tedioso guion que no iba a cambiar ni una palabra en el segundo tiempo. 

Errores y más errores. Michigan se escudaba en el dominio interior de Hunter Dickinson, muy superior a los pívots rivales. Pero, sin embargo, nunca conseguía darle la vuelta al marcador. Entre el propio Juzang y los chispazos de Tyger Campbell y Cody Riley, los de Mick Cronin nunca miraron atrás. Nunca tuvieron miedo. Nunca creyeron que podían perder… hasta el tramo final. Y es que Michigan no había llegado hasta aquí para caer contra un número once. 

Triplazos, rebotes ofensivos cruciales… y una última posesión que pudo cambiarlo todo. Mike Smith, en carrera, al hierro. El balón, por la línea de fondo tras tocar en un defensor. 5 décimas. Un milagro. El balón llegó en buena disposición a Franz Wagner, que levantó una parábola casi perfecta… a la que le faltó, simplemente, un poco más de fuerza para convertirse en historia. 13 años más tarde y, tras sufrir una dura década para olvidar, la legendaria UCLA regresa a su hábitat más natural: la Final Four. 

USC Trojans (#6) 66 – Gonzaga Bulldogs (#1) 85

No hubo debate. Ni rival. Ni posibilidad mínima de sorpresa. 30 partidos y 30 victorias para la auténtica apisonadora de la temporada. Gonzaga destrozó a USC ya en la primera mitad, desplegando un juego tan bello como efectivo para el que los Trojans no tuvieron respuesta. Los de Mark Few asumieron el reto y aniquilaron la zona rival sin piedad, encontrando a un indetectable Drew Timme (23 puntos) cerca del aro y ametrallando desde el perímetro con Corey Kispert (18 puntos). Y todo esto, bajo la magistral dirección y mando de Jalen Suggs, que rozó el triple-doble con 18 puntos, 10 rebotes y 8 asistencias. 

El plan de USC apenas duró unos minutos. Isaiah y Evan Mobley, cuya única presencia había atemorizado rivales durante todo el March Madness, no fueron nunca ni una simple molestia para Gonzaga. Es más, los Zags asumieron su participación en la creación, pero a la que uno de los dos se acercaba a la canasta, las ayudas defensivas saltaban como si de un resorte se trataran. Pese a ello, Isaiah acabó con 19 puntos y Evan cerró su etapa universitaria con 17 y 5 rebotes. Eso sí, el equipo que más tapones colocaba por partido en esta campaña, esta vez se quedó en… cero. 

Hay que empezar a contemplar la posibilidad de un auténtico monólogo de Gonzaga. Quizás ni UCLA, ni Baylor ni Houston puedan ser realmente capaces de poder ganarles. Quizás este es su año, de forma indiscutible. Y quizás, amigos y amigas, tan solo debamos sentarnos y disfrutar. ¿Estará el destino ya escrito… o nos depara algún imprevisible giro de guion? 

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