Eastern Illinois protagonizó la remontada más espectacular que se recuerda en el baloncesto NCAA. Los Panthers llegaron a ir 27 puntos por debajo a poco menos de doce minutos en su enfrentamiento con Murray State, pero entonces empezó a obrarse el milagro deportivo. Poco a poco, como quien no quiere la cosa en un principio y metiendo el miedo en el cuerpo a su rival a medida que se acercaba el final del partido, los locales fueron recortando distancias en el marcador hasta llevarse la victoria por 63-60.
El choque llegó al último minuto con los de casa seis puntos abajo y la moral muy arriba. Tanto que el empate se produjo a 36 segundos para el bocinazo y la remontada se materializó con un game winner de manual a 0.4 para que terminase el choque. La locura de Eastern Illinois estaba mucho más que justificada.
Los Panthers fueron el claro ejemplo de equipo con una misión bien clara, que era la de remontar un partido que se les había puesto muy cuesta arriba. Cambiaron el chip y se propusieron dar la vuelta al marcador a base de concentración y seriedad sobre la pista. No perdieron ni un solo balón en los últimos ocho minutos de partido y aprovecharon a la perfección las pérdidas y los errores de su rival para ir acercándose en el electrónico. De cara al aro se mantuvo la misma línea de trabajo bien hecho: 32 puntos en 7 minutos (31 en el resto del partido -17 en la primera mitad-).
Para dotar de mayor epicidad a la remontada de Eastern Illinois ante Murray State, hay que decir que en toda la historia de la NCAA hubo otros seis partidos en los que un equipo dio la vuelta a al menos 27 puntos para llevarse la victoria, pero ninguno lo había hecho en tan poco tiempo como los Panthers.
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