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Rebraca, en Tirando a Fallar: su gran anécdota con Obradovic, Yugoslavia…

Rebraca, en Tirando a Fallar: su gran anécdota con Obradovic, Yugoslavia…

Zeljko Rebraca se retiró en 2007. Formó parte de grandes equipos de Yugoslavia y dio el salto a la NBA. Un perfil peculiar que ha pasado por los micrófonos de Tirando a Fallar, en una interesante entrevista de la que destacamos estos extractos. Puedes escuchar la entrevista completa aquí o leer más de ella aquí.

Como parte relevante de la selección yugoslava de la posguerra, ¿Cómo os sentíais en la cancha? En el escenario político se os situó como los malos de la película, no sé si os afectaba como meros deportistas de algún modo por cómo os consideraban otros equipos.
No, queríamos demostrar que éramos los mejores, patearle el culo a todo el mundo. Todos nos temían cuando jugaban contra nosotros. En todo el mapamundi los oponentes miraban lo que hacíamos nosotros, y solíamos ganarles por 20 puntos. En Serbia éramos como los Beatles, todo el mundo nos quería, ganábamos… había un ambiente magnífico sobre cómo jugábamos.

¿Te sentías un poco John Lennon?
Sí, algo así. Si ibas a un restaurante y todo estaba abierto, comías gratis, ¡Podías hacer lo que te diera la gana! En ese sentido, nuestra vida era buena. Pero además hacíamos cosas buenas, porque ganábamos a los mejores equipos del mundo, ya sabes, mientras ellos nos estaban bombardeando. Así que eso nos daba energía para mostrarle al mundo que éramos mejores de lo que se decía de nosotros desde el otro lado. No es fácil de explicar… fueron momentos muy especiales aquellos años.

Quiero preguntarte sobre la final de Atlanta 96. Competisteis muy bien a un gran equipo americano durante 30 minutos, hasta que Vlade Divac fue eliminado con algunas decisiones rigurosas. Entonces te tocó jugar a ti… contra David Robison, Hakeem Olajuwon o Shaquille O´Neal siendo aún muy joven y muy delgadito. ¿Cómo lo recuerdas?
No estaba preparado para jugar un partido como ese. Tenía 24 años, era joven, muy delgado. No podía jugar contra Shaq, Hakeem o David Robinson. Tenían mucha más calidad y estaban mucho más fuertes que yo. Intenté competir… pero ellos eran mejores, claro. Divac tenía mucha más experiencia en ese momento por sus años NBA. Fue una buena experiencia para mí para ver dónde estábamos. En el partido anterior jugamos contra Lituania, les ganamos y le puse un tapón a Sabonis que me vino bien… En aquellos años yo todavía estaba empezando a crecer, a trabajar en mi mismo, a ganar músculo, a saber que podía competir. Aquellos años el juego era mucho más fuerte que ahora, en el sentido de que ahora todo el mundo parece que puede tirar a 9 metros del aro, no existen las luchas que nosotros teníamos en esa época.

¿Cuál es la experiencia más increíble con Zeljko? Increíble, o dura…
(resopla) Buff, son muchas. Estuvimos más de una vez a punto de llegar a las manos (se ríe, dejar que es escuche). Recuerdo nuestro primer partido con Panathinaikos, en Moscú contra el CSKA. En el entrenamiento de la noche anterior… fue una sesión muy dura. Preparando un partido de Euroliga, ya sabes. Así que ese día hizo mucho hincapié en el 5 contra 5. Se metió incluso en el partido para mostrarnos cómo hacerlo. Estábamos jugando a media pista, y me hizo un bloqueo golpeándome en la mano. Fue un bloqueo duro, y no dije nada pero pensé, “¿Qué coño está haciendo?”… Cuando acabó el entrenamiento, le dije al segundo entrenador, “Está loco, mira lo que ha hecho”. Le enseñé la mano, la tenía entera morada. Luego Obradovic dijo que los jugadores éramos unos maricas.

Cuando me enteré pensé. “¿Que ha dicho eso? Ok”. Dos meses después, se repitió la situación, pero en el OAKA, en Atenas. Igual, Obradovic jugando en el 5 contra 5 y se acerca a mí a hacer un bloqueo. Pero entonces yo fui a por él… Le dejé casi sin aire (sonrie), reconozco que prácticamente le atropellé. Empezó a sentirse mal, y se quedó un rato tumbado. Todos los jugadores se acercaron y pensaron que me iba a echar del entrenamiento. El entrenador asistente era Dimitris Itoudis y me miraba alucinado… Obradovic estaba cabreado, y le pidió a Itoudis seguir con el entrenamiento. Entonces Zeljko se me acercó, con la mano en el estómago y me dijo en serbio… “Rebraca, no puedes hacer esos bloqueos en el partido”. Yo simplemente le dije, “Obradovic, esto es por la noche antes del partido en Moscú, ¿te acuerdas? Pues esto es por aquello”. Creo que la siguiente vez que hicimos aquello ya no se metió en el 5 contra 5. ¡Me decía riéndose que le iba a atropellar otra vez!

¿Te respetó aún más a partir de ese momento?
¡Sí! Bueno, nos respetábamos mucho el uno al otro. Era duro, pero muy bueno. Me llevó a mi máximo. Te hace dar el 100% de lo que tienes.

¿Cómo está tu corazón?

El corazón está bien, tuve un problema de fibrilación auricular, tengo tres ablaciones, pero ahora hago boxeo, trato de mantenerme en forma y creo que lo estoy, quizás 4 o 5 kilos por encima de mi peso, pero bien. Me encuentro bien, no tomo medicación y mi mujer está sana, así que todo bien

 

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