Hablar de Tremmell Darden es hacerlo de todo un veterano del baloncesto europeo, con pasado por la competición española, que hoy en día salva a equipos en la liga alemana. El jugador de Inglewood, California, vive una segunda juventud en el Mittledeutscher BC, al que salvó del descenso hace unas semanas con una actuación para el recuerdo. Con 37 años y una lesión en el tendón de Aquiles a sus espaldas, el norteamericano se niega a colgar las botas, sobre todo después de que el equipo en el que milita actualmente depositase su confianza en él.
«Estoy agradecido. La mayoría de la gente se pensaba que estaba acabado y que no podía seguir jugando, pero este equipo confió en mí y me dio la oportunidad de seguir con el baloncesto».
Cuando parecía que todo se tornaba negro después de pasar por el quirófano, la Bundesliga se convirtió en una plataforma ideal para poder seguir disfrutando del baloncesto y además compitiendo a gran nivel, algo que para Darden es vital a la hora de continuar ligado al mundo de la canasta.
«Lo mejor del baloncesto europeo es que siempre juegas para lograr algo. No hay tanking. Puedes competir por ganar el campeonato en junio o para conseguir la permanencia en mayo, pero siempre tienes que competir y tomarte este deporte como si cada partido fuese de playoffs. Siempre tienes que tener la misma mentalidad y concentración como si estuvieses luchando por el título».
Por ese motivo, cuando el Mittledeutscher BC llamó a su puerta ni se lo pensó. Pese a su pasado en equipos de peso en el viejo continente como Unicaja Málaga (2011-12), Zalgiris Kaunas (2012-13), Real Madrid (2013-14), Olympiacos (2014-15) o Beşiktaş (2015-16), Tremmell Darden se embarcó en una nueva aventura con la que está encantado.
«Cuando me recuperé por completo de mi lesión del talón de Aquiles, este equipo me llamó y el resto es historia. Es otra oportunidad para jugar al baloncesto, que es algo que me encanta. Cuando juegas para equipos grandes, como por ejemplo el Real Madrid, tienes que sacrificar tus números por el bien del equipo y muchas veces no recibes el respeto que te mereces porque no tienes estadísticas llamativas. Pero en este equipo tengo la oportunidad de demostrar que aún puedo jugar y hacerlo a un gran nivel».
A sus 37 años, estaba llamado a tener un rol de veterano y mentor para los más jóvenes. Algo que asume con toda naturalidad y que prácticamente considera parte de la evolución natural de todo jugador de baloncesto.
«Cuando te haces mayor tienes que ganarte el respeto de generaciones venideras, de chicos diez o veinte años más jóvenes. Lo importante es que, cuando les dices algo, entienden que sabes de lo que estás hablando. En el momento que tienes experiencia, debes compartirla con las generaciones que llegan».
Una mentalidad de lo más positiva, con la que piensa seguir dando guerra durante un tiempo. ¿La retirada? Ni se la plantea de momento.
«Me gustaría jugar dos años más, si Dios quiere. El tema es que quiero hacerlo a un nivel alto y el hecho de que hayamos mantenido la categoría es importante para un equipo pequeño como éste. Todavía amo esto y trabajo como si fuera un chico de 25 o 27 años. Sigo viendo mucho baloncesto y haciendo todo lo que implica este deporte, no sólo jugar».
Está claro que Tremmell Darden es todo un ejemplo a seguir cuando se habla de un basketball freak en el sentido más positivo de la expresión. Alguien con verdadera devoción por el baloncesto y que no olvida sus orígenes para poder centrarse mejor en sus objetivos. De ahí que antes de acabar nuestra charla telefónica quisiera mandar un mensaje muy especial.
«Quiero decirle a todos los fans españoles, del Real Madrid y el Unicaja, que los quiero mucho. Los llevo en el corazón. Me encantó vivir en España. El baloncesto es algo que verdaderamente gusta allí. Quiero dar las gracias a los equipos que me dieron la oportunidad de jugar allí».
