La madrugada del lunes al martes, los Kings se volvían a hacer fuertes en casa, y conseguían la segunda victoria de la serie ante Golden State. En su regreso a playoffs, y en el debut de jugadores como De’Aaron Fox o Malik Monk, el conjunto de Mike Brown se mostraba superior a los vigentes campeones y los dejaba al borde del abismo, dos partidos abajo en la primera ronda y todavía sin el factor pista. Y ahora tienen el objetivo de, si quieren ganar el quinto anillo de la dinastía, remontar un 0-2, y jugando el tercer partido sin Draymond Green. No es imposible, pero es algo muy complicado y más viendo el nivel que han mostrado estos Warriors hasta la fecha, especialmente fuera de casa.
Históricamente, los equipos que han empezado una serie 0-2 fuera de casa tienen un récord de 17-201, equivalente a 7.8% de victorias, aunque diez de las 17 victorias han llegado en la última década. En total, un 0-2 abajo se ha remontado 32 veces de 442 instancias, un triste 7.2%. De hecho, en el formato actual al mejor de siete, los Warriors nunca han conseguido recuperarse de ese marcador, con dos derrotas. En 1987 ante Lakers y en 2007 ante Dallas, ambas en semifinales de conferencia y ambas resueltas con un 4-1. Al contrario, los Warriors sí se han dejado remontar un 2-0 en una serie que todos recordamos: las finales de la NBA de 2016, cuando LeBron James ganó el anillo en Cleveland.
Sí que han estado antes en apuros antes los Warriors de Kerr. En dos ocasiones han estado dos partidos abajo, ambas 1-3, pero nunca habían empezado una serie perdiendo los dos primeros partidos. Solo tres veces antes de la derrota del sábado ante Sacramento habían abierto una eliminatoria de playoffs con derrota, Thunder 2016, Raptors 2019 y Celtics 2022. Y fueron los propios Thunder, en aquellas semifinales donde nació Klay game-6, y los Raptors de Kawhi Leonard los únicos en poder ponerse 3-1 arriba ante el equipo de Steve Kerr, Steph Curry y compañía. Oklahoma acabó sucumbiendo, pero Toronto sí que pudo cerrar la serie en seis partidos, algo que busca imitar Sacramento. Y motivos tiene para ser optimista.
Golden State, el mismo equipo que en temporada regular
En dos partidos, los Warriors acumulan 37 pérdidas de balón y han permitido a los Kings anotar 41 puntos tras ellas, por solo 14 de Golden State. Además, la diferencia en anotación tras rebote ofensivo en segundas oportunidades también es clara: 41-27 para los Kings. Demasiadas pérdidas, poco rebote defensivo y además, han permitido a Sacramento ir a la línea más de 30 veces por partido, por solo 22.5 de los Warriors. Pero la peor noticia para estos Warriors es que los Kings todavía no han jugado a su mejor nivel pese a estar 2-0 arriba. Están tirando 30% de triple, repartiendo solo 20 asistencias (36.9% y 27.3 son los mismos números en temporada regular) y solo Malik Monk está lanzando bien a canasta. Han sabido frenar al mejor Sabonis, algo que sin Dray será complicado, pero puede aparecer en cualquier momento.
Y si Golden State ya es un equipo irregular fuera de casa, sin vías de anotación fácil ganar es una misión imposible. Especialmente cuando se sienta Curry en el banquillo. En los 18 minutos que Steph ha descansado, los Warriors han permitido al rival 1.45 puntos por posesión y han anotado 0.84, ambas cifras serían la mejor/peor de la temporada con muchísima diferencia. El net-rating es de -60.4 y el marcador cuando Curry ha estado sentado es 33-58 para Sacramento. Sus números son opuestos a los de Klay, que si bien está anotando con facilidad y está por encima del 41% en triples, no ha sabido encontrar la manera de aportar en defensa. Es un -16.7 con él en pista por +25.9 cuando descansa, es una sombra del Klay de temporada regular.
El banquillo ha sido igual de importante, o al menos los jugadores de rol. En el primer partido fue Alex Len quien apareció, y en el segundo, Davion Mitchell y Trey Lyles hicieron más de lo previsto. Todos ellos han sabido hacer piña alrededor de De’Aaron Fox, Domantas Sabonis y Malik Monk. El sexto hombre se ha erigido como el tercer mejor jugador del equipo en esta serie, por delante de Kevin Huerter o Harrison Barnes, y a la espera que empiecen a entrar los tiros de Keegan Murray. Al contrario, Golden State estará sin su mejor defensor, Draymond Green, sancionado con un partido por el pisotón a Domantas Sabonis, y todavía tienen que encontrar la manera de frenar a Fox. Ni Gary Payton, ni Andrew Wiggins ni mucho menos Klay Thompson han podido.
El factor pista ha sido importante también. El Golden 1 Center ha sido hasta la fecha el mejor pabellón en lo que va de playoffs y el equipo ha respondido a la energía de sus aficionados, pero también se encontraban a unos Warriors deficientes como visitantes (11-30 en temporada regular). No es tan fácil como simplemente encender el motor y empezar a ganar fuera de casa. Ahora la serie se muda a San Francisco, dos horas al sur en coche, para llegar al pabellón de los Warriors donde Golden State tiene el tercer mejor récord de la NBA. El problema para ellos es que Sacramento es tan eficiente en casa como de visitante, con la mejor marca del Oeste, y que el balance de los Warriors sin Dray pasa de un 56.2% a un 33.3%.
En los últimos 16 años, el campeón del curso anterior se ha ido cuatro veces en primera ronda, dos de ellos con una barrida: Miami Heat en 2007 y Dallas Mavericks en 2012. Los otros dos, Spurs en 2015 y Lakers en 2021. En común casi todos ellos tenían que, como los Warriors esta temporada, llegaban a los playoffs con un seed bajo, seis o peor. Solo los Heat eran #4 y por haber ganado la división, pero tenían el sexto mejor récord en el Este. Ahora los Warriors están a dos partidos de despedirse en primera ronda de la lucha por el anillo. Dos partidos en los que los Kings pueden hacer historia y volver a los playoffs por la puerta grande.
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