Los Boston Celtics han empezado la temporada 2-0, ganando en New York primero y ante los Miami Heat anoche. En ambas tuvieron que remontar, y en ambas cerraron el partido en los últimos minutos. La llegada de Kristaps Porzingis y Jrue Holiday a Boston servía para reforzar una identidad, una cultura y una idea, pero también para solucionar los puntos más débiles del equipo: especialmente el ataque en los finales de partido. Dos partidos han servido para demostrar que ambos son aciertos, y que al mismo tiempo, todo lo malo que se sospechaba del banquillo, es todavía peor.
Un parcial de 32-23 en el cuarto periodo sirvió para que los Celtics le dieran la vuelta en el TD Garden al partido ante Miami. Era especial para Boston, no solo por ser el primero en casa en la nueva temporada, sino porque era el mismo rival que apenas cinco meses atrás, apeaba a los Celtics en las finales del Este. En el TD Garden. Esta vez, Boston tenía dos caras nuevas: Porzingis y Holiday. Y si bien fueron Derrick White y Jaylen Brown los protagonistas para cerrar el partido, al menos en ataque, la presencia de los dos fichajes de Boston Celtics demostró que este equipo ha solucionado su principal problema: el ataque en el clutch (partido igualado, últimos cinco minutos).
Ante los Knicks fue igual. Si bien dejaron escapar la ventaja con Jayson Tatum en el banquillo, los Celtics cerraron con un 13-3 de parcial para darle la vuelta al partido. Ese día sí que Porzingis fue clave en ataque con un triple y cuatro tiros libres, aunque Tatum fue el mejor. El año pasado, en las tres series de playoffs, ante Atlanta, Philadelphia y Miami, Boston perdió partidos en el clutch pese a acabar con un 24-13 de récord en temporada regular. Por ahora, en dos partidos, está 2-0 y mostrando registros inigualables: 173 de ratio ofensivo (puntos por 100 posesiones) y 85.7 defensivo, con un 107% de tiro efectivo. Cifras antagónicas al curso pasado.
La principal diferencia es la presencia de una alternativa anotadora en la pintura, como es el caso del letón, y un catalizador de balón como hizo Holiday ante Miami. Porque apareció Bam Adebayo para poner dos tapones y crear la misma tensión que en el séptimo partido. Varios ataques sin sentido, pérdidas de balón, y lo que parecía ser el mismo equipo de antaño. Pero Jrue puso calma al ataque, el balón en las manos de Jaylen Brown y los puntos volvieron. Y mientras, dejaron a Miami en 2/14 en tiros de campo en el último periodo, reforzando todavía más la identidad defensiva histórica de los Celtics, recuperada en los últimos años de Brad Stevens en la organización.
La aparición de White tampoco es casualidad. Porque con la salida de Marcus Smart, Mazzulla y Stevens dejaron claro que el exjugador de los Spurs iba a ser el base titular, incluso con la llegada de Holiday. Cuando el balón pasa por sus manos, los Celtics son un equipo mejor, capaz de generar en ataque situaciones de ventaja para sus mejores anotadores. Tras el triple de Herro, con minuto y poco por jugarse, White encontró a Holiday. Tras el triple de Love, fue el propio White quien fue a la línea de tiro libre. Y entre los dos escondieron el balón hasta el triple final de Jaylen.
El principal problema, hasta ahora, el rendimiento del banquillo. De los seis titulares de Boston, Al Horford está siendo el elegido para empezar el partido desde el banco, pero salvo el dominicano, no ha habido todavía un jugador capaz de aportar estabilidad. Ante los Knicks, un jugador fuera del top-6 no anotó una canasta hasta bien entrado el último cuarto (y entre Pritchard, Hauser y Kornet acabaron con 1/9 y cuatro puntos). Contra Miami fue Oshae Brissett quien ocupó el lugar de Luke, y si bien aportó más intensidad y ayudó en el primer cuarto a mantener a Boston vivo, el banquillo solo puso ocho puntos (con un 0/6 de Horford).
El equipo es ligeramente corto, especialmente en la pintura. Se puede solucionar ajustando la rotación, y que Porzingis y Horford no jueguen juntos, poniendo al dominicano como pívot suplente, pero sigue faltando al menos una pieza. Cómo o cuando llegue depende de Brad Stevens y su gerencia, pero viendo la durabilidad de Porzingis y la edad de Holiday y Al Horford, es lógico pensar en refuerzos antes de marzo.
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