“Ha sido una buena idea de Marco, pero con 0,5 segundos por jugarse, probablemente no tienes tiempo para hacer nada más que alguien toque el balón”, dice Steve Clifford, entrenador de los Hornets, que veía como su equipo caía ante los Pistons por 115 a 114 pese a la genialidad de Belinelli.
El internacional italiano saca de banda y al no encontrar a un compañero se apoya en la espalda de un rival, concretamente Marcus Morris, para auto-asistirse y lanzar el triple ganador. Sin embargo, la canasta estaba fuera de tiempo y los de Charlotte se quedaban con la miel en los labios.
Kemba Walker metía 20 de sus 32 puntos en el último cuarto para remontar una desventaja de 19 puntos pero Reggie Jackson ponía arriba a Detroit con dos tiros libres.
Los problemas de faltas de Andre Drummond, con dos a 6:42 del final del primer cuarto, hacían que Van Gundy tuviera que echar mano del serbio Boban Marjanovic. El pívot, que acumulaba 76 minutos en lo que llevamos de temporada, lograba su mejor marca reboteadora en la NBA con 19 capturas a las que sumaba 15 puntos en 22 minutoss. Al descanso ya llevaba 10+11, ocho ofensivos.
“Sólo traté trasladar lo que hacemos en los entrenamientos a la pista”, dice el ex del Estrella Roja mientras su entrenador reconocía que “probablemente, la gran razón por la que el partido se igualó es porque senté a Marjanovic para que descansara y después no volví pronto a él. Debería haberle dejado cansado y el partido se habría acabado”.
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