Avery Bradley fue, hasta el parón de la temporada en marzo, uno de los jugadores más relevantes en la rotación de los Lakers. Pero fue baja para el equipo en la reanudación de la temporada. No estaba lesionado pero se ausentó por voluntad propia (la NBA ofreció esa posibilidad a los jugadores que así lo desearan). Eso sí, recibirá su anillo de campeón por parte de la franquicia.
El pasado mes de junio Bradey le comunicó a los Lakers que no acudiría a la burbuja de Orlando. El motivo era personal: su hijo Liam, de siete años, tiene un historial complicado de afecciones respiratorias. Y la salud de su hijo, en una situación donde sus problemas le podían hacer un paciente de riesgo con respecto al coronavirus, llevaron a Bradley a hablar la situación con su mujer y decidir finalmente todos juntos, en su casa en Texas. «Fue complicado no estar con mis compañeros, pero creo que desde el principio supe estar en paz con mi decisión», explicó el jugador y recoge ESPN. Bradley ha estado encargándose de la educación de su hijo durante todo este complejo período ocasionado por la pandemia. Pero por las noches, con los niños ya listos para dormir, veía los partidos desde casa.
Y es que no estar compitiendo en la fase final no ha evitado, no obstante, que el jugador angelino perdiese el vínculo con sus compañeros y por supuesto la emoción por la conquista del anillo. Tras el final del sexto partido de las Finales, los tres hijos de Bradley, equipados con camisetas de los Lakers, celebraban el título con él en el salón de casa.
Bradley envió mensajes a todos sus compañeros, así como otro al grupo que tienen en común los jugadores, en el que por cierto también está DeMarcus Cousins. Y desde el mismo vestuario en Orlando, nada más ganar el título, recibió varias videollamadas de compañeros, asistentes e incluso el General Manager, Rob Pelinka. Este último le hizo saber que él también había dado su esfuerzo para lograr el éxito.
«Me hizo sentir parte del campeonato, ha sido una temporada larga y extraordinaria. Hemos pasado todos por mucho», reconoció un Bradley que apuntaba haber seguido cada partido de la burbuja y haber mantenido contacto telefónico con sus compañeros. El anillo también será suyo. «Juegas toda tu carrera para lograr algo así, el título. Y saber que he estado aportando y he sido parte del equipo, incluso sin estar físicamente allí, ha sido una sensación increíble», valoró.
Bradley disputó 49 partidos este curso, 44 de ellos como titular, con unos promedios de 8.6 punto y 2.3 rebotes en 24 minutos por encuentro. Como especialista defensivo en el perímetro, su valor era alto para Frank Vogel. La próxima temporada tiene una opción en su contrato (por 5 millones de dólares) para seguir en los Lakers otro curso más.
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- Foto: Katelyn Mulcahy/Getty Images