La velada del 8 al 9 de enero suponía un hito en la historia de la NBA, que no es decir poco. Nunca antes dos equipos con sendas rachas de victorias de 15 y 10 respectivamente se iban a medir en un duelo que, además, enfrentaba a los líderes de las dos conferencias. Oklahoma City Thunder visitaba la casa de los Cleveland Cavaliers en un choque de estilos, de filosofías y, al mismo tiempo, de poder. Un encuentro que no decepcionó y que rápidamente se ha convertido en uno de los mejores y más disfrutables de esta temporada 2024-25. Tras 48 minutos de pura batalla, los hombres de Kenny Atkinson impusieron su ley junto a su público para ganar por 129 a 122 en un cierre espléndido que envía un mensaje al resto de la liga.
Como no podía ser de otro modo, este fue un partido de parciales, de momentos y tramos. En los dos primeros cuartos cada uno tuvo su momento, con los Thunder golpeando primero y abriendo una pequeña brecha de 9 puntos al comienzo del segundo cuarto. Esta sería la máxima en toda la noche, reflejando no solo la igualdad, sino también la competitividad entre Cavaliers y OKC. Precisamente ese buen inicio hizo despertar a Cleveland que al borde del descanso se encendió, empezando a marcar la tónica en defensa y controlando a placer la pintura.
Devuelto el empate al marcador empezó el baile de parciales. Idas y venidas en una segunda mitad en la que la dupla Jarrett Allen-Evan Mobley impuso su ley bajo los aros en una exhibición de dominio en ambos costados del campo. Los Cavaliers se iban encontrando cada vez más cómodos, contando de paso con el apoyo del público. Simultáneamente el acierto exterior fue abandonando a los Thunder justo cuando más lo necesitaban. Y no solo eso, sino que también las opciones de tirar desde lejos fueron desapareciendo, obra del enorme trabajo atrás de los locales.
Los Cavs supieron resistir y aguantar el tipo en los 3 últimos minutos, justo cuando más parecía que Oklahoma iba a darle la vuelta al marcador para sellar su 11ª victoria consecutiva y poner fin a la racha de 15 con la que llegaban los visitantes.
Con 25 puntos, 11 rebotes, 6 asistencias y 3 robos, Jarrett Allen fue el máximo anotador y el más destacado por parte de los de Ohio, conformando una imparable dupla con Evan Mobley, autor de 21 tantos, 10 capturas y 7 asistencias. De hecho, se trata de la primera vez desde 1998 en la que dos interiores logran una línea estadística de 20-10-6 en el mismo partido, tomando el testigo de Tim Duncan y David Robinson en un inigualable guiño histórico. Los Cavaliers supieron contrarrestar el gran trabajo defensivo de OKC sobre Donovan Mitchell, que se quedó en un 3 de 16 en tiros de campo (18,8%), apostando por Darius Garland (18 tantos, 7 asistencias) y sabiendo jugar sus cartas con el banquillo.
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— Cleveland Cavaliers (@cavs) January 9, 2025
Por su parte, los Thunder echaron en falta a Chet Holmgren para hacer frente a las torres gemelas de Cleveland, quedando Isaiah Hartenstein solo ante el peligro. Como era de esperar, Shai Gilgeous-Alexander fue su máximo anotador con 31 puntos en 13 de 27 en tiros de campo, añadiendo 5 rebotes y 4 asistencias, acompañado de Jalen Williams con 25 y el mencionado Hartenstein con 18.
Con esta victoria los Cavaliers se ponen con un balance de 32 a 4, lo que les pone tras 36 encuentros a la altura de equipos como los Warriors de 2016 (34-2), los 76ers de 1967 (33-3), los Lakers de 1972 (33-3) y los Bulls de 1996 (33-3).
Todos ellos alcanzaron las Finales de la NBA ese año y solo Sixers y Warriors no ganaron el anillo.
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