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¿Cómo es un Knicks vs Celtics? Así es la experiencia desde dentro

¿Cómo es un Knicks vs Celtics? Así es la experiencia desde dentro

Salimos de Penn Station y nos dirigimos al Teatro de los Sueños del baloncesto. Entramos al Madison Square Garden en el Opening Game de los New York Knicks ante los Boston Celtics. Cita de gala en el pabellón, con camiseta especial y una pulsera luminosa en cada asiento para todos los espectadores, también para la prensa.

Los aficionados neoyorquinos tienen ganas de baloncesto y así se lo hacen saber a su equipo con una atronadora ovación. No se lo quiso perder ni Carmelo Anthony, que al ser enfocado en el videomarcador hizo estallar a todo el Garden.

El partido ya empezó en las presentaciones de ambos equipos, con una atronadora pitada al letón Kristaps Porzingis, que volvió a la que fue su casa. El exjugador de la Liga Endesa fue uno de los mejores jugadores del partido, con 30 puntos y 8 rebotes.

También pudimos ver mucha presencia de aficionados de los Celtics, los cuáles eran muy optimistas. Pudimos charlar con varios de ellos y se ven como favoritos para levantar la NBA en esta temporada 2023-24.

Los Celtics arrancaron mucho mejor el partido, pero los seguidores locales esperaron como agua de mayo la primera canasta de los suyos, que se hizo de rogar. Tras fallar los cuatro primeros intentos, apareció Mitchell Robinson con un buen mate para hacer levantar al Madison. Las pulseras empezaron a iluminarse…

En la gran mayoría de deportes estadounidenses los aficionados suelen perderse varios minutos de juego para ir a comprar en el bar sus fingers de pollo, sin embargo, eso no ocurre en la NBA, donde los seguidores tan sólo se levantan en el tiempo de descanso y al final del choque.

Sobre la prensa y los medios de comunicación en general, esto es otro mundo, nada que ver con lo que estamos acostumbrados a ver en Europa. Desde hora y media antes de empezar el choque tienes acceso a pie de pista para grabar todo tipo de contenido, también acceso a un restaurante buffet para cenar, y una vez arriba en la tribuna de prensa, te reciben con un cartel conmemorativo con el nombre del periodista y el medio, y una guía del partido con muchos datos de interés.

En dicha tribuna son todo facilidades: múltiples enchufes para cargar los dispositivos, internet por cable, pantallas para ver repeticiones de las jugadas…

Al acabar el partido, todos los medios vuelven a tener acceso a pie de pista y a la sala de prensa. Sobre esto último, tampoco nada que ver con territorio europeo. Todo se resume en una sala familiar en la que tanto como entrenadores y jugadores, como periodistas, tienen la misma importancia.

Volviendo al partido en sí, el Garden se convirtió en una caldera en el tercer cuarto, con un parcial 10-0 para empatar el partido y provocar el tiempo muerto de los Celtics. El pabellón fue una fiesta: kiss cams, gritos de MVP aquellos que daban besos más largos, lanzamientos de camisetas a la grada con pistolas especializadas para ello… Todo un show.

Poco les duró la alegría a los aficionados de los Knicks, pues los Celtics respondieron rápidamente con otro parcial. Sin embargo, los ánimos no decaían, haciendo honor a la que es una de las mejores aficiones de toda la NBA.

Hay que decir que la NBA en general es una montaña rusa de emociones, y eso también ocurre en la pista. Para empezar el último cuarto, otro parcial de los Knicks para ponerse por delante después de mucho tiempo y el éxtasis de los aficionados ya se debió escuchar desde Central Park. Carmelo Anthony volvió a aparecer en pantalla y las palomitas de los seguidores volaron… tanto que algunas llegaron a la tribuna de prensa.

Y para colmo, además del parcial, llegó la técnica a Porzingis, lo que hizo que todo se pareciera a una fiesta de final de curso de High School Musical en el Madison Square Garden. Los periodistas que tenía a mi lado, dos latinoamericanos, miraban con asombro lo que estaba pasando, no era para menos.

Y siguiendo con el letón, a tres minutos del final tuvo un enganchón con Hartenstein que ya desató la ira con unos cuantos insultos cantados a toda voz por los casi 20.000 espectadores presentes.

Enfadar a Kristaps no fue una buena idea, ya que cinco puntos consecutivos suyos a falta de un minuto para el final hicieron enmudecer al honorable y darle la victoria a los Celtics (104-108).

En definitiva, un espectáculo tanto en la pista, como en la grada, como en la tribuna de prensa. Muchos apuntes que coger para trasladarlo a Europa, especialmente la atención a medios de comunicación.

 

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