«No he podido escuchar toda su historia porque estaba metido en el partido y el entrenador estaba dibujando una jugada. Pero he mirado al vídeomarcador y he visto por lo que ha pasado y hasta donde ha llegado, que los doctores dijeron que nunca podría andar. Esto va más allá del baloncesto», ha explicado LeBron James tras la victoria de los Cleveland Cavaliers en Boston (77-89).
Aaron Miller, de 16 años y con daños cerebrales desde su nacimiento, ha recibido un doble homenaje sobre el parquet del TD Garden. Al descanso del Celtics-Cavaliers, reconocimiento en el centro de la pista por haber sido el MVP de una competición de los Special Olympics disputada recientemente en la ciudad.
Poco después, LeBron James se acerca a él y le saluda, ante la sorpresa de todos, empezando por el propio Aaron. De MVP a MVP. «Oh my god! (¡Oh, dios mio!)», dice Aaron cuando ve a LeBron yendo hacia él para darle la mano y acariciarle la cabeza con fuerza. Un gesto de admiración del jugador de los Cavaliers.
«He visto que llevaba mis zapatillas. Las he diseñado para chavales con problemas que no se las puedan abrochar. Llevan sólo una tira y se las pueden poner con una mano. Luego, cuando he visto su historia, aunque no le conociera, me he sentido parte de él, así que le he mostrado mis respetos y le he dado mis zapatillas», ha concluido James.
Gesto de crack. Y Aaron, encantado con los regalazos: el saludo de LeBron y sus zapas.
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