AMERICAN LEGENDS DOMINO´S BY AJEROEstás viendo//De costa a costa. La calle contra la calle. Brooklyn contra L.A. (I)
De costa a costa. La calle contra la calle. Brooklyn contra L.A. (I)

De costa a costa. La calle contra la calle. Brooklyn contra L.A. (I)

Primera entrega de la serie con la que José Ajero te acercará al baloncesto y la cultura de dos de los lugares más emblemáticos de Estados Unidos: Brooklyn y Los Angeles.

Nuestro Real Madrid vs. FC Barcelona particular se ha vivido en los EEUU y en una nueva comunidad de manera similar. La generación Hip Hop que cambió la NBA y llevó las calles a las canchas, siempre vivió pendiente de los extremos, de las costas. De NYC a LA, del Este al Oeste, conmigo o contra mí. Sin términos medios, y como si las letras de sus canciones hubieran alcanzado la cima, Brooklyn y LA proponen la nueva guerra, ahora sin DJs, rappers o productores musicales… ahora es baloncesto. 

“Damn right, I like the life I live because I went from negative to positive”
“Joder, sí… me gusta la vida que llevo, porque siempre fui de negativo hasta lo positivo”.
Notorious B.I.G. (Biggie Smalls)

Sueños de grandeza. Palabras grandes, fuertes y decididas. Rimas que retan al futuro, mientras trabajan el presente. ¿Cuál es la separación entre el postureo y la realidad? De verdad todos los rappers vendieron mierda y ahora son capaces de controlar la NBA… por favor, no.

Tampoco el mensaje es el mejor. ¿Qué quieres vender de tu barrio? ¿Qué es un lugar de yonkis y para yonkis? ¿Un estercolero? OK, no te preocupes, si es un estercolero y tú eres el rey de sus edificios… no eres más que el rey de un basurero. Y no es justo. Siempre hubo gente recta el lucha contra todo lo que rodea y que lejos de enorgullecerte, te debería impulsar a tirar de las calles para arriba. Pero quizás, simplemente sea una cuestión de parecer, o hasta de modas. Los años te dan la perspectiva y te ponen en el lugar. Quizás sea más cuestión de identificar que de enmierdar (¿hablamos de Notorious BIG o Tupac Shakur?).

La vida en los barrios dejados de los EE.UU. ha elegido a sus propios referentes y no han de ser las mejores personas. Son los que sufren como ellos, y enseñan su huida hacia adelante como solución. Lo curioso es que pasa en el calor de Houston, en el frío de Seattle, en las esquinas de Nueva York, en las colinas de la heroína de Maryland, en el vertedero de Cleveland o en las calles feas que no dan a la playa de Los Ángeles (¿Hablamos de LeBron, de Harden… de KD, quizás? ).

Para establecerse en la cima es importante establecer el tamaño de tus enemigos. Cuanto más y más grandes mejor. Mentalidad de Tony Montana -‘Tira hasta que todo estalle’-. Busca tu camino y respeta al que te respeta. No dudes en pedir ayuda siempre que la necesites. Mira a los ojos.

Los cuatro párrafos anteriores son una peli de John Singleton -Descansa en Paz-, pero no son muy diferentes a lo que han sido las vidas de las grandes estrellas afroamericanas, crecidas y surgidas en el Siglo XXI. Bifurcadas en música y deporte principalmente, no hay mayor unión de la que pueda surgir del basket y la música rap. Siempre quise pensar que las cestas eran otro elemento básico para lo comunidad del Hip Hop, como el break dance, las mesas de mezclas, las rimas o los vagones de metro que recorren la ciudad cubiertos de graffiti.

Quizás sea sólo una necia idea, basada en que mi primer gran ídolo fue Allen Iverson, incluso más que John Starks años antes. Al duro escolta de los Knicks le debo el amor a la Liga… a ‘The Answer’, mi mayor enganchón adolescente. Me flipaba el rap, pintaba graffiti y ese tío llegaba con la manera de ser y de vestir que me representaba… al deporte que me traía loco. 

Seguro que antes habrá habido otros. No sé si tan reales como el Iverson, pero otras transiciones de la calle a la cancha. Pero me da igual, para mí fue mi puñetero crush. Lo que sí tengo claro es que él fue original y que enseñó el camino a muchos, que decidieron no olvidar lo que eran y lo que les gustaba al llegar al máximo lugar de su imaginación, la NBA.

Es más, visto desde otro lado, creo que Iverson hasta ayudó a traer a los rappers a las canchas. Ya no sólo su juego y apariencia, sino a las grandes estrellas de un movimiento de rebelión e identificación de una comunidad. Llenaban conciertos, movían gente a montones y podrían llegar a más gente con personajes reales como ellos -‘real reconoce a real’-, aprovechando la publicidad gratuita del deporte en directo.

Antes de las canchas de NBA y de Iverson este juego se jugaba a menor escala. Está claro. Joder, todos los veranos las esquinas de New York son escenarios competitivos de basket. Equipos, torneos, hostias, malos jugadores, bocazas, peleones y estrellas de barrio sin más miras se reúnen alrededor de las canastas, con grandes altavoces improvisados que escupen rimas. El estereotipo mundial es el Bronx o el Harlem… la verdad se llama Brooklyn o cada cancha de la Unión; hasta en una inmunda zona de granjas en Indiana. Pero vale, para lo que vamos a hablar, Brooklyn nos viene de lujo…

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