El 10 de julio de 2015, los Brooklyn Nets y Deron Williams llegaron a un acuerdo de buyout para separar caminos. Al base le quedaban todavía dos años de contrato y 43 millones de dólares de sueldo de su acuerdo de cinco años y 98.8 millones que firmó en 2012, por lo que ambas partes negociaron un divorcio factible y el conjunto neoyorquino se comprometió a abonar al jugador la cantidad de 27.5 millones, que no ha terminado de pagarle hasta cinco años después, el 30 de junio de 2020.
Con aquel movimiento, la franquicia se ahorraría 40 millones de dólares en impuestos y ganaría 39 millones en espacio salarial. Por su parte, tras su marcha de Brooklyn, D-Will firmó con los Dallas Mavericks por dos años y 10 millones de dólares, por lo que durante ese tiempo estuvo recibiendo su sueldo de los Mavs y su parte correspondiente del acuerdo de salida de los Nets, que seguiría cobrando una vez retirado en 2017, vistiendo la camiseta de los Cleveland Cavaliers. Una win-win situation que favoreció a ambas partes, pese al chorreo de millones y el salario de algo más de cinco millones anuales que Deron Williams ha recibido de los Nets durante un lustro, pese a no jugar en el equipo.
El jugador que fichó y el jugador que fue
Deron Williams llegó a los New Jersey Nets en 2012 con la etiqueta de jugador tres veces consecutivas all-star y uno de los nombres con más peso en el debate de quién era el mejor base de la NBA. Además, dos medallas de oro en los Juegos Olímpicos de 2008 y 2012 daban todavía más consistencia a su cartel de estrella de la Liga. Era un fichaje ideal para la mudanza de los Nets a Brooklyn y el comienzo de una nueva era para la franquicia. Sin embargo el jugador no estuvo a la altura.
El base texano pasó de promediar 19 puntos y 10.4 asistencias entre 2009 y 2012 (sus dos últimos años en los Utah Jazz y los dos primeros en New Jersey) a firmar 15.4 puntos y 6.8 asistencias entre 2012 y 2015 (sus tres años en los Brooklyn Nets). Una bajada enorme en su aportación debido, entre otras cosas, a la complicada adaptación por la que pasó Deron Williams al llegar a Brooklyn. El base nunca se terminó de acostumbrar a la Gran Manzana y su situación personal le pasó factura sobre la cancha. No así en su cuenta bancaria.
Sigue deslizando hacia abajo para ver más contenidos
