«Es increíble ver a una superestrella sacrificarse». La frase de Kevin Durant sobre Stephen Curry vale también para el resto de estrellas que forman los Warriors. Por ejemplo, Draymond Green.
El polivalente ala-pívot no se ha dado ni un día de tregua después de conquistar su segundo título de la NBA en tres años y se ha puesto manos a la obra para preparar la próxima temporada.
Al día siguiente de proclamarse campeón y disfrutar de una larga noche de fiesta, Green se ha ido al gimnasio de los Warriors a machacarse. Lo ha hecho con la mejor compañía: el trofeo Larry O’Brien.
2x CHAMP back at it. THE NEXT DAY WOWWW @Money23Green pic.twitter.com/pWkrc6wRNA
— TRAVIS WALTON (@TRAVISWALTON5) 13 de juny de 2017