Hace tiempo que los aficionados de los Chicago Bulls han aprendido a temer las ideas de su directiva. La sociedad que forman Gar Forman y John Paxson (GarPax para los amigos) tiene ya un historial cuestionable a sus espaldas. El último capítulo podría titularse: «El abismo está a tres pasos».
Primer paso: en la noche del draft de 2014, los Bulls traspasan dos primeras rondas a los Denver Nuggets a cambio de Doug McDermott (y los derechos del madridista Anthony Randolph, por cierto). Esas dos primeras rondas se convierten en Gary Harris y Jusuf Nurkic.
Segundo paso: Doug McDermott no cuajó en Chicago y en febrero de 2017 sorprendieron traspasándolo junto a Taj Gibson, un jugador todavía muy valioso, a cambio de Anthony Morrow, Joffrey Lauvergne y Cameron Payne, su principal objetivo. Según Paxson, ya en el draft tenían muchas esperanzas puestas en el base.
Tercer paso: Cameron Payne nunca logró hacerse sitio en un equipo que necesitaba un buen base a toda costa. Dos años después, los Bulls lo han cortado. Y de aquellas dos primeras rondas, ya no queda nada.