No es ninguna sorpresa imaginar a Willy Hernangómez descontento. El pívot, que viene de consagrarse como uno de los mejores jugadores de baloncesto FIBA ganando el oro en el último Eurobasket donde fue nombrado MVP, está teniendo su temporada NBA más sombría. Pese a que New Orleans es una de las buenas noticias de la temporada, el madrileño no está contando casi para Willie Green y actúa como tercer o cuarto pívot en la rotación de los Pelicans. Aunque eso puede cambiar en las próximas dos semanas durante en el cierre del mercado de traspasos.
Desde principio de temporada Willy ha tenido muchas novias. Jeff Van Gundy, analista en ESPN y ex-entrenador en la NBA, dijo en octubre que el mayor de los Hernangómez podía ser una buena opción para equipos como los Lakers, que necesitaban presencia interior. Ahora, a menos de 12 días de la fecha límite para hacer movimientos entre franquicias, han surgido dos nuevos nombres como candidatos a hacerse con los servicios del interior español. El primero, Boston Celtics, una idea que lanzaba al aire Bobby Marks en ESPN y que confirmaban varios medios más tarde, y el segundo Miami Heat. Dos equipos que, como los Pelicans, deberían estar en playoffs y luchando por el anillo.
Las dos opciones son interesantes. Tanto en Boston, con Rob Williams y Al Horford, como en Miami, con Bam Adebayo y Omer Yurtseven, Willy Hernangómez haría de tercer interior. Pero ambas franquicias tienen el mismo problema que los Pelicans: la salud de sus hombres altos es muy frágil. En el caso de los Celtics, Williams y Horford se turnan en partidos consecutivos y, sea por el estado de las rodillas de uno o la edad del otro, el objetivo de Joe Mazzulla es no gastarlos en exceso durante la temporada regular. Con Miami el problema es similar, ya que Yurtseven todavía no ha debutado este año y estará de baja al menos otro mes. A finales de noviembre pasó por quirófano y le esperan tres meses de recuperación. El otro pívot, Dedmon, no cuenta para Spoelstra.
Lo que tampoco es una sorpresa es la decisión de New Orleans de no querer moverle. O al menos no lo harán de manera precipitada y por una oferta a la baja. Las propuestas que se han rumoreado implican únicamente segundas rondas del draft y jugadores de rol que acaban contrato en verano (Gabe Vicent o Max Struss). Nada que realmente beneficie a New Orleans. La única opción posible de que los Pelicans acaben aceptando mover a Willy perdiendo el traspaso es si entienden que lo mejor para el jugador es dejarle salir a un entorno donde pueda rendir al máximo nivel y volver a demostrar en la pista lo que es capaz de hacer. Un acuerdo entre el jugador y la franquicia, como pasó con Rui Hachimura y los Washington Wizards.
En la rotación actual, donde Jonas Valanciunas es el pívot titular junto a Zion Williamson, Willy no tiene espacio. Los Pelicans se han movido a un quinteto pequeño desde el banquillo, con Larry Nance Jr. siendo el cinco suplente y quedan por repartir solo los minutos de la basura, partidos con bajas o noches desesperadas. E incluso en todos esos casos, Jaxson Hayes está jugando más que Willy: 28 partidos por 24 del español, 388 minutos por 298 de Hernangómez. Aunque todas las estadísticas, individuales y colectivas, demuestran que el impacto de Willy está siendo mejor para la franquicia.
Y eso que Hernangómez está jugando solo 12.4 minutos por partido, cifras que no veía desde Charlotte. En los últimos tres años, todos en Luisiana, ha bajado de 18 a 16.8 hasta la cifra actual. Los 7.1 puntos por noche o 4.6 rebotes son también su peor número desde que llegó a New Orleans, pero todo es relativo a la cantidad de minutos disputados. Analizando la estadísticas por 36 minutos, Willy está haciendo su mejor campaña en puntos, asistencias y es top-3 en robos y tapones. La duda es saber si podremos verle jugar más de 23 minutos esta temporada, la cifra que disputó esta semana ante Nikola Jokic y su máximo de temporada. En menos de dos semanas tendrá el futuro resuelto.
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