Sin pelos en la lengua
Barkley siempre se ha caracterizado por tener la facilidad, o velocidad mental, según se mire, para dejar escapar el comentario humorístico/irónico de turno. La sinceridad lleva sus frases y eso es algo inevitable para él. Cuando el diminuto Nate Robinson intentó hasta la saciedad convertir uno de sus mates del concurso del All Star y todo el mundo empezaba a tener una mezcla de lástima y desesperación por culpa del jugador, Barkley quitó hierro al asunto con un «no creo que se deprima por eso, juega en los Knicks», provocando la carcajada general de todo el que seguía el evento por televisión. No hay equipo de la NBA que sea inmune a la afilada lengua de Barkley. «Mejor que no demos partidos de los Bulls este año. ¡Tío dan asco! Son un montón de chicos de instituto con contratos de 70 millones. ¡Odio a mi madre por haberme tenido tan pronto!». Además Barkley siempre ha tenido especial predilección por entrenadores como Phil Jackson, del que una vez dijo que «debería regalar Biblias a sus jugadores en vez de libros porque sólo Dios puede ayudarles. Son patéticos».
Pero a la hora de hablar acerca de jugadores de forma individual, ‘El gordo’ nunca ha tenido tampoco problemas para no morderse la lengua. Su ingenio siempre ha salido a relucir cuando se le cuestionaba sobre algún nombre en concreto. Cuando Kevin Garnett firmó sus multimillonaria renovación de contrato, la indignación de Barkley quedó patente en un «es un montón de pasta y la está ganando un negro. Imagínate si supiera jugar». Otros como Steve Kerr fue objeto de su ironía y tuvieron que aguantar joyitas como «si no tiviera un tiro en suspensión como el que tiene no habría razón para que siguiese estando vivo». Ni siquiera los más respetables veteranos se libraban de su particular ‘Club de la comedia’, desde el reverendo A.C. Green, que en su día tuvo que escuchar «si eres tan amigo de Dios, ¿por qué nunca le pediste que te diera un tiro en suspensión decente?», a leyendas como Larry Bird («Mientras Larry Bird esté en la Liga yo siempre seré el segundo peor defensor de la NBA»)o Bill Laimbeer («Es el tipo más despreciable y desagradable de todo el baloncesto, pero siempre lo respeté como jugador»).
Aunque los jugadores que más recaditos se han llevado siempre han sido los novatos, empezando por un jovenzuelo llamado Christian Laettner, que fue protagonista de odiosas comparaciones del tipo de «en lo único que se parecen Christian Laettner y Larry Bird es en que los dos mean de pie» o ‘piropos’ como «para ser rookie va a ser el hombre más fuerte de la NBA en la próxima temporada porque se está pasando el verano cargando con las maletas de doce tíos», en referencia a la inclusión del pívot en el irrepetible Drean Team de Barcelona 92.
El bocazas olímpico
Precisamente la cita olímpica de Barcelona hizo posible que la verborrea de Barkley traspasase fronteras. ‘Sir Charles’ dejó frases para el recuerdo a lo largo de la temporada que pasó en la ciudad condal, cebándose especialmente con la selección de Angola. Cuando la prensa le preguntó sobre lo que sabía de este equipo antes de enfrentarse a ellos, el jugador fue sincero y se desmarcó con un ya famoso «no se nada de Angola, pero lo que está claro es que mañana tienen un problema». Y una vez que cogió confianza se fue soltando cada vez más. «Si alguien me pega se lo pienso devolver. No me importa que parezca que lleva tiempo sin comer». Pero el colmo de los colmos llegó después del choque contra el equipo africano, cuando un periodista le recriminó haber dado un puñetazo a un jugador rival, a los que Brakley respondió con un cuanto menos curioso «¡y qué si lo hice! Él podía haberme sacado una lanza».
La cara ‘amable’ de la política
Pero no todo es baloncesto en la vida de Charles Barkley. Su afición por la política es algo que nunca ha ocultado, e incluso muchos le ven con futuro en este campo. Al retirarse de la práctica del baloncesto y ser preguntado sobre su futuro, ‘El Gordo’ sólo acertó a soltar un resignado «esto es justo lo que América necesita: otro negro sin trabajo». No pocos ven en Barkley un candidato más que aceptable para el puesto de gobernador de Alabama, pero el jugador ya se encargó en su momento de dejar claro las dificultades que eso tiene por su color de piel. «A la gente negra no le dejan acercarse demasiado a la mansión del gobernador de Alabama ano ser que sea el día que toca limpiar el edificio».
A la hora de opinar sobre los políticos de su país, ‘Sir Charles’ siempre se ha mostrado tan sincero como de costumbre y si no se lo creen fíjense en lo que opinó sobre Al Gore tras su traspiés electoral, «Al Gore es un perdedor, pero sólo es el segundo perdedor de Washington. Los Wizards son los primeros», o sobre el ya ex-presidente George Bus, «mi familia me criticó cuando dije que Bus sólo se preocupaba de los ricos, así que les recordé que yo soy rico».
