«No sé si estaré listo para la pretemporada, no sé cuando volveré. Lo más importante es que cuando regrese lo haga al 100%. No voy a ponerme una fecha, depende de cómo esté mi rodilla». Sí, la misma que le ha dado (y a los demás también) el susto de su vida. «Por supuesto que piensas en todo lo que pueda pasar, especialmente los primeros días cuando no puedes mover la rodilla. Piensas en si podrás volver, pero hay que ser fuerte y mentalizarte para lograrlo, para ser más fuerte que nunca. Yo amo el baloncesto, lo haré lo mejor que pueda. Sé que será un proceso largo pero he de mantenerme positivo». Ésa es la clave para Ricky: la mentalidad. Si quiere, puede. Es joven, tiene tiempo y entusiasmo, aparte de una fortaleza mental que lo determinará todo.
Los Juegos, lo de menos
«Va a ser triste perderme los Juegos Olímpicos, pero lo bueno es que he participado en unos, así que sé lo que me pierdo», explicó sobre otra parte trágica para nuestro baloncesto: no contar con su magia durante los próximos 9 meses… Y sobretodo perderle para la cita de Londres. Sin embargo, hay que ver las cosas con una perspectiva más amplia y, como apunta Ricky, con positivismo. El genio es joven, se recuperará, su brillo volverá y nadie recordará estos momentos. Hay más Juegos Olímpicos, muchas más citas históricas…
… Más información en la revista GIGANTES.
YA EN TU QUIOSCO
