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Giannis Antetokounmpo: contra la norma

Giannis Antetokounmpo: contra la norma

El tiro de tres pasa por ser el oxígeno del juego actual, un elemento natural e imprescindible para la vida. Salvo para aquel prodigio empeñado en demostrar que todo sigue siendo posible. Incluso dominar sin oxígeno.

La temporada de Giannis Antetokounmpo ha sido para enmarcar, pese a haber caído en primera ronda de los playoffs. Por ese motivo aprovechamos para recuperar un texto escrito por Andrés Monje para la revista del mes de marzo de este año (Nº 1.470). Ya os avisamos de que ‘The Greek Freak’ estaba a otro nivel.

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En la NBA más perimetral de la historia, la que mayor volumen de triples ofrece y con el rango de tiro llevado más lejos que nunca, hay un hombre metiendo casi 28 puntos por encuentro anotando únicamente dos canastas desde fuera de la pintura por partido. Hay un hombre que, en plena estampida del espacio, domina a contracorriente.

Sólo James Harden anota más por encuentro que Giannis Antetokounmpo. Y el simple hecho de que eso suceda, sin recurrir el jugador de los Bucks al tiro exterior (0.5 triples por partido) y prácticamente tampoco a la suspensión, resulta en cierto modo contracultural. De los veinticinco jugadores con mejor promedio de anotación esta campaña, únicamente tres no convierten al menos un triple por encuentro. Dos de ellos son interiores (Anthony Davis y LaMarcus Aldridge). El otro es Giannis.

Hay sin embargo varios puntos relevantes a la hora de tratar de explicar cómo el jugador griego lo está haciendo posible. Puntos que, de paso, también ayudan a entender lo especial que es.

Transición

A campo abierto es imparable. El efecto visual para el rival es el de contemplar viniendo hacia ti una manada de bisontes, solo que en su caso basta con uno. Su longitud y frecuencia de zancada, unidas a su facilidad para botar, le convierte en un problema sin solución en esos escenarios. Es capaz de cruzar la pista en dos pestañeos y una vez se acerca al triple, con un par de pasos se planta en el aro.

Añade además otro elemento diferencial: no necesita un solo pase para lanzar la transición. La inicia él mismo. Porque el rebote defensivo es un punto primordial en Antetokounmpo y como tal, tras capturarlo echa el balón dos metros hacia adelante, inicia el sprint y si no hay falta que lo remedie tres segundos más tarde puede estar dando puntos a su equipo. Giannis saca el contraataque por sí solo, por lo que el tiempo de la defensa para ajustar y correr hacia atrás es en muchas ocasiones ínfimo.

Únicamente Russell Westbrook lidera más jugadas de transición por encuentro y, por si fuera poco, su acierto se encuentra casi en territorio sin oxígeno. Antetokounmpo anota 1.23 puntos por posesión en ese tipo de jugadas. Por contextualizarlo, es un dato levemente superior al de LeBron James, y aventaja en casi una décima (con cifras tan bajas, algo muy considerable) a Harden, Kevin Durant y Stephen Curry. A Paul George y el propio Westbrook, les saca dos.

Todo rival ante Milwaukee busca reducir el ritmo, limitar los intercambios de canastas y situaciones de inferioridad numérica. Porque aceptarlo sería directamente servirle la cena al monstruo. En el cinco contra cinco, existen opciones. A campo abierto, sólo cabe rezar.

Sin balón

Las llaves del sistema ofensivo de los Bucks están en su bolsillo. Pero eso no supone que todo el tiempo tome decisiones con el balón en sus manos. La versatilidad de Antetokounmpo le permite asumir diferentes funciones, siendo una de las más interesantes cómo castiga defensas rivales cuando no tiene el esférico en su poder.

El internacional griego está entre los quince jugadores NBA que más jugadas de cortes a canasta finaliza por encuentro, contando con un rasgo decisivo: es el único no pívot de la lista, plagada de cincos que esperan un desequilibrio defensivo y un pase fácil para ejecutar cerca del aro. Con Giannis no sucede exactamente así.

Milwaukee tiene jugadores capaces de crear ventajas con el balón, especialmente Khris Middleton y Eric Bledsoe, pero ninguno de ellos es un arma mortífera en esas situaciones. La defensa siempre está pendiente de Antetokounmpo, sus movimientos en el lado débil del ataque (aquel en el que no está el balón) parten a menudo del inicio de la acción de su equipo, bastando un mínimo despiste del defensor o algún bloqueo indirecto para darle un metro de ventaja a la hora de encarar la zona. Cuando lo tiene y pueden tener una línea de pase hacia él, es muy difícil de defender.

Antetokounmpo produce 1.37 puntos por posesión en esas acciones, las de cortes, un dato altísimo que sólo superan, de entre aquellos jugadores del top 15 en intentos, Anthony Davis, DeAndre Jordan y Hassan Whiteside. Tres martillos interiores de élite. Giannis está, no obstante, por delante de otros especialistas como Steven Adams, Clint Capela, Andre Drummond o Rudy Gobert. Es el alero más devastador de la NBA en ese tipo de jugadas.

Pick&Roll

Casi una de cinco jugadas de Antetokounmpo esta curso llegan en bloqueo y continuación, con el detalle de que incorpora ambas vertientes, tanto aquella en la que lleva el balón y recibe el bloqueo de un compañero… como aquellas otras en las que él mismo es quien coloca la pantalla para continuar después hacia el aro.

En las primeras, cuando tiene el balón en su poder, es realmente eficiente considerando su tamaño y la altura de su bote. Antetokounmpo está en el top 15 NBA en cuanto a efectividad dentro de aquellos jugadores que usan esa acción con frecuencia. Sus 0.94 puntos por posesión están a la misma altura de DeMar DeRozan y Lou Williams, así como por encima de Paul George y James Harden (aunque este último tiene un volumen de intentos mucho mayor).

Éste es uno de los aspectos en los que más está trabajando el griego. La toma de decisiones en ese tipo de jugadas, como creador de juego en situaciones a media pista. Sus cifras son buenas aunque aún lejanas del primer escalón NBA (Curry, líder en ese aspecto, rebasa los 1.1 puntos por posesión), pero cabe reseñar que el jugador de Milwaukee está en el mínimo histórico de volumen de pérdidas de balón… pese a asumir más peso en el juego que nunca. La progresión no se detiene.

Como jugador que pone la pantalla es más complejo detenerle. Por tamaño pasa por un interior más… pero no hay interiores en la Liga tan explosivos en su primer paso si le dan el balón con ventaja. Para entender su salvaje impacto aquí, basta mostrar los 1.18 puntos por posesión que está anotando en los pick&roll cuando actúa como hombre que pone el bloqueo. Es el cuarto mejor dato NBA entre jugadores que lo emplean frecuentemente, por encima de perfiles como Anthony Davis, Karl-Anthony Towns o Joel Embiid.

Emparejamiento

La madre de todas las ventajas. De aquí parten a menudo las demás. El heleno representa un perfil difícilmente replicable y como tal aprovecha, de un modo u otro, esa condición para castigar al adversario. En un baloncesto donde predomina la búsqueda del eslabón débil en la defensa para gestionar emparejamientos donde se encuentren ventajas, el jugador de Milwaukee es un mismatch andante.

Es demasiado grande para jugadores de perímetro, a los que lleva al poste bajo donde exige ayudas defensivas. Pero a la vez es demasiado rápido para cualquier interior, expuesto cuando le toque defenderle lejos del aro. Incluso conociendo ya

todos sus puntos fuertes y permitiéndole el tiro lejano (sólo uno de cada tres tiros de campo que intenta llegan fuera de la zona), es decir flotándole a menudo, su explosividad lo dificulta todo. A menudo sólo es posible frenarle con falta personal, algo que también explota a la perfección (sólo Harden lanza más tiros libres por partido).

Espacio y entorno

Antetokounmpo suele reclamar especialistas defensivos rivales, preferentemente más pequeños para tratar de defenderle por delante e impedir que reciba el balón en ventaja. Y esa situación ya obliga a otro compañero a aprovecharse de la defensa de un jugador más grande, para compensar el cambio de marca. Si se le rodea de tiradores, que hagan la cancha más grande, apenas hay solución.

Es de hecho ese factor, el espacio, el único que requiere el jugador de sus compañeros a día de hoy. Porque hasta que su tiro pueda ser consistente (no lo es ni desde la media distancia ni desde el triple), necesita amenaza exterior a su lado para no saturar de cuerpos la pintura. Pero cabe destacar que, incluso así, sin un perímetro (ni mucho menos) plagado de tiradores y prescindiendo de las suspensiones, el griego está en la frontera de 28 puntos por encuentro.

Con 23 años, todo intimida. El presente, por las formas. Y el futuro, porque unir a esto un posible tiro sólido vulneraría de lleno todo espíritu de igualdad.

infografia Giannis Antetkounmpo Gigantes

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